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Una pareja británica gana la lotería por segunda vez en dos años

En 2013 les tocaron 1,3 millones de euros; ahora, la misma cantidad y un Jaguar

David y Kathleen Long posan con los dos cheques que han ganado.
David y Kathleen Long posan con los dos cheques que han ganado.Lynne Cameron (AP)

Dicen que no se lo pueden creer, pero que, en el fondo, se lo esperaban. Kathleen y David Long, de la localidad inglesa de Scunthorpe, se convirtieron el viernes pasado en la pareja más afortunada del mundo, por lo menos en cuanto a su suerte en el juego. En dos años, al matrimonio le ha tocado dos veces la lotería; con sendos premios de un millón de libras (1.350.000 euros). Y, por si fuera poco, en esta última ocasión también les ha tocado un Jaguar.

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Según explica el periódico británico The Guardian, las posibilidades de ganar dos veces el gordo que les ha caído a los Long son menos de una en 283 billones. E, increíblemente, ellos han tenido esa suerte. “Sabía que volvería a ser mi turno algún día”, ha asegurado David Long a la publicación. “Incluso la primera vez, sabía que ganaría. Simplemente tenía la intuición”.

El excamionero, que se prejubiló después de ganar su primer millón de libras en 2013, estaba tan seguro de que le volvería a tocar la lotería que nunca dejó de jugar, especialmente cuando había muchos premios que repartir. “Tenía muchas posibilidades porque había 100 gordos de un millón y un bonito coche. Así que me dije: ‘Voy a intentarlo”.

La primera vez que les tocó la lotería estuvieron a punto de no poder cobrar el premio, ya que llegaron a tirar el billete a la basura tras equivocarse al mirar los resultados. Pero no era el momento para que la suerte los abandonara: pudieron recuperarlo de la papelera y cumplieron su sueño de casarse, tras 12 años de noviazgo.

“Nuestra vida era muy difícil”, ha contado Long a la BBC. “Estuve muy enfermo durante tres años y no era capaz de trabajar”. Pero, tras el primer millón, dieron un vuelco. “Ha sido fantástico, hemos podido ayudar a la familia, comprarnos un coche e incluso casarnos”. Ahora que el coche y el millón se han duplicado, quién sabe si aún queda por cumplirse aquello de que no hay dos sin tres.

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