Noche de paz, noche de ‘likes’

Pero mira cómo beben

Vivíamos en otra era cuando podíamos pasar la Nochebuena sin enterarnos de que Beyoncé estaba retozando en la nieve en ese momento. O que Lindsay Lohan estaba celebrando el 24 de diciembre con un árbol de Navidad tirando a esmirriado, o que James Franco se había juntado con la familia Coppola al completo, o que Miley Cyrus estaba cenando algo amarillo que se resiste a una definición más concreta. Pero así ha venido la Nochebuena de 2014: con una cantidad insólita de pistas sobre lo que estaban haciendo los famosos. Es el resultado inevitable de que hayamos migrado de la palabra escrita al imperio de la imagen de Instagram. Antes bastaba con escribir Felices Fiestas, ahora debe haber una imagen, preferiblemente poco elaborada y muy reveladora, que le dé sentido al mensaje. Gracias a esta lógica, hemos acabado viendo a la glamurosísima January Jones, protagonista de Mad men, vestida con un pijama de felpa de una pieza. Y, de paso, cambiando la dinámica centenaria de estas fiestas.

Cada uno en su casa

La Navidad es una celebración de la intimidad, aunque solo sea en el fondo. Su apariencia es cada vez más universal, llena de abetos, renos, verdes y rojos, canciones universales, y ese ubicuo Santa Claus. Pero el fondo, la ejecución, es pura intimidad. Uno celebra lo que todo el mundo pero lo hace como nadie. Los hay espirituales de merluza y misa del gallo como los hay espirituosos de carne y anís del mono, y ambos son igualmente navideños. La web Vox publicaba esta semana un artículo que ilustra esto: en él, recopilaba los menús con los que cada presidente estadounidense ha celebrado la Nochebuena. Allí donde Michelle Obama cocina macarrones mientras se sirve filete, George W. Bush encargaba un bizcocho de chocolate y nata de varias capas. Dwight Eisenhower pedía cuatro kilos de ostras y Harry Truman, consomé de tomate.

...el ‘hastag’ en la de todos

La cuestión es que ahora el fondo de la Navidad también se ha hecho público. Junto a los famosos, miles de usuarios de a pie han retratado y hecho públicas sus celebraciones y comilonas, buscando una pose, un elemento común con el que transmitir visualmente la idea de la Nochebuena. El año que viene, por lógica, estos elementos comunes serán más populares. Y así, a esta esfera quizá acaben llegando también las modas. Y habrá que actualizar el eslogan de la Navidad, esa frase del evangelista Lucas: “En la Tierra paz, en los hombres buena voluntad y en tus seguidores, mucha barbaridad”.