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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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¡Guapa!

No podemos imaginarnos una semana sin un escandalazo. Muere la duquesa y la reina de la copla entra en la cárcel. Todo ocurre en Sevilla

Boris Izaguirre
Jackie Kennedy y Cayetana de Alba en los toros en 1966.
Jackie Kennedy y Cayetana de Alba en los toros en 1966.CORDON PRESS

La muerte de la duquesa de Alba ha terminado por hacerla legendaria. Observando las imágenes de su rica y personalísima vida hay una constante en su estilo. El pelo va cambiando tanto por décadas como por matrimonios. Pero ella siempre es la misma, propietaria de un estilo que es un delicado equilibrio entre la arbitrariedad y el protocolo, entre ser una figura abrumadoramente popular y la persona con más linaje de Europa.

Cayetana de Alba era todo nombres y títulos, un paisaje de palabras y propiedades que van desde Goya a Montoro pasando por Villanueva del Fresno. Pero muchos prefieren proclamarla “¡guapa!” En cualquier acto público, tanto inaugurando unos jardines, recibiendo el título de ciudadana de honor en Sevilla, bailando flamenco instantes después de casarse a los 85 años por tercera vez y hasta en su propio entierro recibía los gritos de "¡guapa!" por parte de sus fanáticos. Un título más que envolvía a una mujer históricamente única. Una pop star. Esos gritos redefinían la propia palabra que proferían. Cayetana de Alba más que guapa era un aspecto esencial del país. Claro que vamos a extrañarla, no dejaremos de recordarla. Ibiza no será igual, la esencia de ¡Hola! tampoco. La eterna referencia al glamour extravagante, la personalidad insólita, de un egoísmo completamente aceptado, comprendido, incluso envidiado, que nos ha dejado como herencia, seguirá. Sin embargo, el hecho que halla fallecido en uno de los peores años para España nos deja con una reflexión obvia: Cayetana de Alba no hubiera podido existir en otra nación que no fuera la nuestra.

A medida que se acerca el final de 2014, domina la sensación que ha sido tremendo. Abdicó el Rey, surgió Pablo Iglesias, Pantoja va a la cárcel, fallece la duquesa de Alba. María Teresa Campos redescubre el amor junto a Bigote Arrocet, una feliz noticia aunque su hija Terelu es amenazada por un amigo traidor. ¿Puede pasarnos algo más? Sí, la pederastia ha alcanzado a nuestros curas y debería costarle la dimisión al arzobispo de Granada, acorralado por sus pecados y por el mismo Papa. Ciertamente es inexplicable que el arzobispo observe día tras día todo lo que se expone en los medios de comunicación sobre el pederasta de Ciudad Lineal, sin que reflexionara sobre el ocultamiento de los sacerdotes acusados del mismo abuso organizado en su entorno. O sea, hay dos tipos de pederastas: aquellos que protege la iglesia y el resto, que se convierten en criminales condenados por el público. Los curas pederastas de Granada funcionaban como una secta, instruyendo una mezcla de fe, sexo y lujo, porque aunque la mayor parte de sus abusos ocurrían en mansiones y pisos caros exentos de impuestos, sus presuntas víctimas eran captadas en barrios populares. Una Sodoma y Gomorra disimulada. Seguramente actuaban confiados en que ninguna denuncia los alcanzaría. Como un Gürtel más. El escandalo se nos ofrece como el primer caso de este tipo en nuestro país, pero solo es la primera vez que se publica así.

En la vida siempre existen vías paralelas. El piadoso exministro Acebes, siempre defendió que existían dos líneas de investigación durante los terribles días posteriores al atentado de Atocha. Insiste en ello ahora que es imputado, negando conocer a un arquitecto comprometedor mientras el juez Ruz le exhibe fotografías donde sale estrechándole la mano en compañía de Bárcenas y el presidente Rajoy. Acebes insiste que esa foto debió tomarse en una fiesta de Navidad, donde uno saluda a gente que luego no recuerda. ¡Que complicada es la vida en la calle Génova! Y no solo por el tráfico. En una fotografía estás feliz, rodeado de amigos. Unos años después, la misma fotografía es un oprobio. Seguramente en la celebre reforma que hicieron en la sede del Partido Popular se les olvidó consultar un experto en feng shui para eliminar el mal rollo que dejan los espíritus de los caídos en desgracia, esos que van multiplicándose y dejando todo tipo de rastros. Fotos, discos duros, papeles, sobres, confeti, esperanzas, botellas y cargos.

El año ha sido cruel, pero al mismo tiempo esa crueldad nos ha traído un nuevo hábito: no podemos imaginarnos la semana sin un escandalazo. Necesitamos ese ruido, permanentemente. Son las verdaderas dos líneas de defensa. Muere la duquesa y la reina de la copla entra en la cárcel. Todo ocurre en Sevilla. Y ya se barajan nombres de presidiarias que la esperan ansiosamente en el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra. Quizas sirva de alivio saber que muchos célebres que han estado presos, como Mario Conde o Sofía Loren, han declarado que las mejores personas que han conocido en sus vidas estaban dentro. Y las peores fuera. Allí Pantoja podría encontrar ese buen amor del que hablan sus canciones. Al final, esa cárcel será el primer paso para la rehabilitación de su personaje.

Hemos visto las imágenes de las cacerías que organizaban algunos personajes y alcaldes implicados en la red púnica. ¡Es asombroso como contrastan los rechonchos y enfundados cuerpos de los cazadores con la magra y fibrada elegancia de los venados muertos! Un flagrante triunfo de la fealdad sobre la belleza. Esos señores imputados con el rifle en mano dan la sensación de que la corrupción mas que una plaga de bichos es un ejército entrenado tanto para mal matar como para seguir abusando de nosotros mientras puedan. Y son feos.

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