Tordesillas y los toros
Un año más, y amparado por un supuesto interés cultural, un animal, un toro bravo, será cruelmente torturado en Tordesillas. Sus torturadores lo perseguirán y lo hostigarán, lo herirán con sus armas y lo golpearán hasta acorralarlo y acabar con sus largas horas de agonía lanceándolo hasta la muerte.
Yo me pregunto qué satisfacción puede hallar un ser humano en asesinar vilmente a un animal. Esta barbarie está apoyada desde las instituciones públicas, que no solo no protegen la vida del animal y evitan su sufrimiento, sino que alientan y apoyan económicamente su cruel destino. ¿Representa esta abominable tortura a una sociedad culta y evolucionada? No. ¿Es reflejo de la sociedad española? Creo que tampoco, pero el hecho de que año tras año se produzca la tortura habla de nuestra tolerancia y nuestro “mirar para otro lado” con actitudes como ésta.— Luis del Castillo Vergara.