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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Deportistas de oro

Ganen o no medallas, un grupo de hombres y mujeres nos recuerdan cada verano que no todo es fútbol

SOLEDAD CALÉS

Sucede todos los veranos. De pronto, en las pantallas de televisión, aparecen unos deportes a cuyo seguimiento el gran público no tiene acceso durante el resto del año. Los españoles observan la frustración o la felicidad de deportistas que se juegan en unos pocos minutos el esfuerzo de meses. Tras recibir un bombardeo constante y diario sobre los entrenamientos, estado anímico, última pareja y estilismo capilar de un restringido grupo de futbolistas, es probable que la mayoría de los espectadores solo vea una competición de atletismo o de natación en esta época del año. Eso sí, todo telespectador lleva —llevamos— dentro un experto en salto con pértiga o en relevos cuatro por cien estilo mariposa. Es lo normal. Como lo son los comentarios del tipo “mira que salta poco esta chica” o “esa chica ha nadado lenta y llegó octava”. Siempre es injusto. Pero además sucede que a veces la chica que salta es Ruth Beitia, 13 medallas en campeonatos internacionales, tres Juegos Olímpicos y que con 35 años está a punto de ganar —y gana— una medalla de oro por segunda vez en unos campeonatos de Europa. Y la lenta es Mireia Belmonte, quien nada dos finales en diez minutos —en la primera, el espectador estaba en otro canal— y va a volver de los europeos de natación de Berlín con la maleta llena de medallas. Y además lo hará junto a unas compañeras que han llevado a España a lo más alto de la natación continental.

Llegará el otoño y volveremos a centrarnos en si fulano estuvo bien alineado, si zutano quiere continuar en su equipo o si el penalti no pitado fue patada, puñetazo o mordisco. Y mientras, muchos deportistas españoles volverán a los entrenamientos lejos de los focos, sacando tiempo de donde no hay para nadar, correr o repetir los mismos ejercicios una y otra vez. Tratando de compaginar su pasión con la cada vez más complicada vida profesional y en muchas ocasiones rascándose el bolsillo para mejorar el material que utilizan.

Pero estamos todavía en verano. Disfrutemos de la punta del iceberg del esfuerzo de estos deportistas españoles. Son los verdaderos deportistas de oro ganen o no medallas. Es su ejemplo el que sirve para que algún joven a punto de tirar la toalla decida perseverar en el deporte que practica. Ya el resto juzgaremos a ese chico o chica dentro de varios veranos. Lo normal.

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