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Qué nos dice el cine de hoy del hombre de mañana

Las películas nos enseñan que el 'bromance', el pasado oscuro, la tecnología y la nueva tercera edad definen la masculinidad contemporánea

Daniel Craig, el sexto actor que ha encarnado a James Bond, en una escena de 'Skyfall'
Daniel Craig, el sexto actor que ha encarnado a James Bond, en una escena de 'Skyfall'

Que el cine es modelo y fuente de inspiración de roles masculinos ya no es, a día de hoy, ningún secreto: de aventureros a tipos duros del cine noir, muchos son referentes de estilo y de actitud. Tampoco es ningún secreto que la gran mayoría de películas actuales siguen siendo un asunto de hombres pero, ¿cuáles son los dilemas sobre la masculinidad del presente y del futuro que nos enseñan?

En los primeros años de la década de los 90, los héroes del cine de Hollywood comenzaron a tomar consciencia de sí mismos, o al menos eso dicen académicos como David Greven, y si entonces nos encontrábamos con la primera gran crisis de la masculinidad según el cine, parece que esa tendencia apenas ha variado, aunque en sus formas sí encontramos cambios sustanciales. A principios del siglo XXI, en plena época bisagra, películas como El club de la lucha, Magnolia o American Beauty representaban a un hombre alienado que se revelaba contra las normas de la sociedad, por poner tres ejemplos del cine estadounidense más evidentes, y ahora los arquetipos masculinos basculan entre el hoy y el mañana, entre el esplendor del triunfo individual y la necesidad de cooperar.

Desde hace muchos años Tom Cruise lleva destinado a repetir la misma película de ciencia-ficción una y otra vez, pero esas variaciones nos han enseñado que el hombre, en su faceta de héroe, tiene que probar una y otra vez su fuerza, su poder, en definitiva, poner a prueba su masculinidad y su capacidad resolutiva. En esas crisis del protagonista cuando se hace patente que las victorias son pasajeras y no son triunfos permanentes. El cine de hoy nos enseña que todo héroe es un Sísifo en potencia.

James Franco y Seth Rogen, paradigma del 'bromance' contemporáneo
James Franco y Seth Rogen, paradigma del 'bromance' contemporáneo

De esa conclusión se comprende el interminable ciclo de películas de superhéroes, que también nos han enseñado que la doble personalidad no es una cuestión aislada, sino el pan de cada día: el hombre en el cine puede ser un asesino y un padre cariñoso (como en Camino a la perdición, con Tom Hanks); o un agente implacable y un alma vulnerable, como el nuevo James Bond interpretado por el forzudo Daniel Craig. No es casual, por tanto, que veamos demasiados dobles en pantalla. De hecho, la semilla del doble comenzó a crecer con El club de la lucha y, desde entonces, el hombre en el cine va siempre acompañado de su sombra. Que también puede ser su mejor amigo.

Quizá por eso, el hombre de mañana jamás irá sólo por el mundo. El bromance ya no es sólo ingrediente de buddy movies, sino de grandes historias de amor, de cintas de acción e imprescindible en películas de superhéroes. El Superman del futuro no va sólo repartiendo estopa y justicia: ahí está Batman, convertido en su fantasmagórico contrario en la cinta que prepara Zack Snyder. Hay que hacerse a la idea: la camaradería à la George Clooney ya es historia, así que olvida la pandilla y hazte con un compañero de juergas y penurias. Si no encuentras a tu James Franco particular, prueba con tu osito de peluche de la infancia.

La gran tercera edad, según Jep Gambardella
La gran tercera edad, según Jep Gambardella

Una cosa está clara: el cine de hoy nos enseña que el hombre del mañana será oscuro. Incluso los galanes de toda la vida son ahora tipos darks con un pasado a esconder. Ahí están el torturado Don Draper, de Mad Men, el no menos enigmático Michael Fassbender en Shame o al futuro Christian Grey (Jamie Dornan). Y, además, unos desviados sociales. Walter White, de Breaking Bad, es nuestro modelo de empresario; Frank Underwood, de House of Cards, nuestro modelo de político; y Torrente, ¿el de policía? A lo mejor no hay que ir tan lejos.

Otra tendencia que nos enseña el cine actual es que la gran belleza de la tercera edad no es terreno acotado para Jep Gambardella y su sinuosa elegancia: los 70 son los nuevos 30 y el hombre canoso e hipermusculado parece querer seguir siendo tendencia. O si no vean cómo la cuadrilla de Stallone está aún dando guerra. Los bíceps, en última instancia, ya no serán protagonistas en el futuro porque de manera indefectible el hombre de mañana verá su cuerpo transformado tecnológicamente. Tras la carrera por conquistar los recovecos de nuestro universo, el hombre se convertirá en un ser virtual, avatar de sí mismo ataviado de miles de wearables y otros dispositivos digitales con los que traspasar la enésima frontera.

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