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Columna
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Perfecto

Ahí están los palestinos, entre ruinas, sin sistema sanitario, sin colegios, sin trabajo, sin casa. Sin libertad

Rosa Montero

Muchas naciones se han creado sobre un lecho de sangre. El general Rosas cometió un repugnante genocidio con los indígenas y hoy es un adorado Padre de la Patria en Argentina. Pero, claro, por entonces no había televisión ni nadie que hablara por esos desgraciados. Por otra parte, detesto el sentimiento antisemita que se agazapa en muchas de las críticas contra Israel: una cosa es la política de un Gobierno y otra los judíos. También creo que los de Hamás son unos energúmenos y que dan miedo (y el miedo suele sacar lo peor de la gente). Además el mundo está lleno de atrocidades; en África asesinan a más niños que en Palestina y a menudo de maneras más crueles (pelados a machetazos como bananos, o raptadas y violadas hasta la muerte), pero eso ocupa mucho menos lugar en nuestra conciencia. ¿Por qué? Primero, porque hay mucha menos gente que hable por ellos, mientras que Palestina es un punto de fricción mundial y hay en juego muchos intereses. Pero, después, porque Israel se ha ganado a pulso la excelencia en el Mal. Mantener desde hace ocho años una cárcel gigantesca de 356 kilómetros cuadrados en la que se hacinan casi dos millones de personas; y aplicar unas normas dementes pero supuestamente civilizadas sobre ese horror, para perpetuarlo y profundizarlo, es de una perversidad que deja sin aliento. Israel ha construido en Gaza un matadero con leyes y burocracias. Y, no contento con eso, de cuando en cuando entra, como ahora, a sangre y fuego. Ahí están los palestinos, entre ruinas, sin sistema sanitario, sin colegios, sin trabajo, sin casa. Sin libertad. Y todo esto, ante los ojos del mundo, no como cuando Rosas. Gaza es un emblema de lo peor del ser humano. El infierno perfecto.

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