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EL DEBUT

Un primer acto que termina en prisión

Robert Downey Jr. pagó los 10.250 dólares de fianza de su hijo, y acto seguido lo metió en la clínica de rehabilitación

Tom C. Avendaño
Indio Falconer Downey junto a su padre, el actor Robert Downey Jr.
Indio Falconer Downey junto a su padre, el actor Robert Downey Jr.Reed Saxon (AP)

Los finales felices no necesitan segundas partes

Un buen famoso es un buen arquetipo. Tom Cruise es el eterno optimista; Jennifer Lawrence, la enrollada vecina de al lado; Ryan Gosling, el misterioso introspectivo, y Robert Downey Jr., el rehabilitado hecho sabio y afable por su levantisco pasado de adicciones. Estos atributos coincidirán más o menos con la vida del famoso en cuestión, pero eso es algo opcional. El único objetivo aquí es empaquetarlo en un par de rasgos para venderlo entre el público.

La de Robert Downey Jr. era además una fábula especialmente potente que se contaba en tres actos. Uno: brillante actor adolescente lanzado a los 18 años acaba en una espiral que le lleva a ser detenido varias veces por posesión de cocaína, heroína, marihuana y/o armas. Dos: atormentado actor en horas bajas supera sus adicciones y se dedica a brillar en películas de poco presupuesto, pero creciente prestigio. Tres: iluminado héroe regresa de las tinieblas para protagonizar Iron man, la saga de superhéroes con mejores críticas de la casa Marvel. Era un cuento perfecto para los medios. Oscuro hasta lo abismal, pero con final feliz. Hasta que el pasado domingo, la policía de Los Ángeles detuvo a un coche en una carretera que cruza Santa Mónica con La Ciénaga. El conductor, de 20 años, fue detenido por posesión de cocaína. Se llamaba Indio Falconer Downey, era hijo de Robert y estaba en su propio primer acto.

De tal imagen, tal astilla

Indio Downey es demasiado joven para tener hoy una carrera profesional por la que ser identificado al instante. Hijo de Robert con la músico y actriz Deborah Falconer, tiene la guitarra por hobby. Pero su imagen no es la de un artista. Así como la tendencia a sufrir adicciones puede pasarse de padre a hijo, lo mismo pasa con la imagen: las pocas veces que se ha hablado de Indio en el pasado han sido para recalcar cómo, en octubre de 2013, tuvo que tratarse por una adicción a los relajantes musculares. Las profecías, a veces, se cumplen solo con mencionarlas.

Y ¿ahora?

Robert pagó los 10.250 dólares de fianza de Indio el lunes por la mañana y acto seguido lo metió en la clínica de rehabilitación Cliffside (donde también fue tratada en su día Lindsay Lohan, entre otros famosos). Luego lanzó un comunicado explicando que entendía por lo que pasaba su hijo. Mil fuentes dijeron después que se le veía consternado. Su arquetipo será el del rehabilitado, pero en ambas historias el enemigo es el mismo.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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