Precisiones
En relación con la carta publicada ayer bajo la rúbrica Un veto injustificado, procede hacer dos precisiones fundamentales.
La primera: no es cierto que el ministro de Asuntos Exteriores negara a Juan Pablo de Laiglesia cualquiera de los puestos de cónsul general a los que aspiraba. Se transmitió con absoluta claridad que el ministro no tenía inconveniente en destinar a Juan Pablo de Laiglesia al Consulado General en Houston, su segunda petición en orden de preferencia de las cinco que él mismo presentó. La Junta de la Carrera, a instancia del interesado, no elevó la propuesta de Houston a la decisión del ministro no pudiendo, en consecuencia, ser considerada por este. Si De Laiglesia no ha sido nombrado cónsul general en Houston es porque no lo ha querido.
La segunda: tampoco es cierto que se le “haya negado el merecido ascenso a la categoría de embajador cuando le correspondía”. Recientemente se produjeron 14 ascensos al grado de embajador de acuerdo con las vacantes existentes. Doce de ellos son más antiguos que De Laiglesia y dos más jóvenes en la carrera diplomática. Estos dos últimos ascensos no afectaban únicamente a De Laiglesia y se produjeron en atención a los méritos profesionales de los ascendidos y al hecho de su jubilación en el presente año. Dado que las plazas de la categoría de embajador son limitadas, es esta una práctica tradicional y plenamente aceptada por los miembros de la carrera diplomática, ya que permite colmar las legítimas aspiraciones de aquellos próximos a la jubilación.
Esperamos que estas dos precisiones clarifiquen los hechos en beneficio de la información de sus lectores.— Rafael Mendívil Peydro. Subsecretario de Asuntos Exteriores y de Cooperación.