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Tribuna
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Cinco millones de nuevos empleos en tres años

Europa tiene que acometer nuevas políticas e inversiones para reducir el paro

Hoy, 27 millones de europeos se encuentran en situación de desempleo y la situación de crisis más larga desde la década de 1930 está dando paso a una recuperación demasiado débil y lenta. Nada de esto es el resultado de una catástrofe natural, sino la consecuencia de una concatenación de errores políticos que, lejos de ayudar a solucionar el problema, lo han agravado.

Es una realidad ante la que no nos podemos resignar. Pretendemos describir en este artículo cómo deben mejorar las políticas europeas de manera que nos permitan crear puestos de trabajo, recuperar el crecimiento económico, fortalecer nuestras democracias y, con todo ello, regenerar ese ideal de Unión Europea por el que merece la pena luchar, la Europa de los ciudadanos.

Partimos de un dato descorazonador, pero que resume a la perfección la magnitud de la crisis: en Europa se han perdido más de 3,5 millones de empleos desde el año 2008.

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La investigación, el desarrollo y la innovación, claves para ganar competitividad en un mundo globalizado y para generar valor añadido, se han estancado; el cambio climático ha hecho retroceder nuestro medio ambiente y planteado desafíos que habrá que atender; y tenemos un sector financiero con problemas que está socavando la estabilidad del sistema, asfixiando a las pequeñas y medianas empresas y dañando nuestra economía.

En consecuencia, la recesión en Europa está siendo más larga y profunda de lo que debería ser. Por razones casi dogmáticas, los presupuestos se han ido reduciendo mucho más rápido de lo que la ciudadanía podía asumir. Como resultado, la desigualdad ha ido en aumento y los niveles de vida están cayendo, de forma que cada vez más trabajadores viven con un empleo precario, inseguro y lejos de los niveles de salario anteriores a la crisis, situación patente incluso en las economías más fuertes.

Los presupuestos se han ido reduciendo más rápido de lo que la ciudadanía podía asumir

En esta durísima coyuntura, los jóvenes son los más afectados. En algunos países, el desempleo juvenil es superior al 50%. En España, más de 890.000 personas menores de 25 años están desempleadas.

La tarea a la que nos enfrentamos es inmensa. Europa necesita un cambio radical de dirección y un nuevo liderazgo. Estamos dispuestos a empezar de nuevo a partir de un objetivo prioritario: la generación de empleo. Así, el Grupo S&D en el Parlamento Europeo ha elaborado un plan de 10 puntos con los que dar respuesta urgente a los desafíos de Europa en este tiempo.

Para crear puestos de trabajo y reactivar la economía europea se propone una inversión de 582.000 millones de euros en infraestructuras de transporte, eficiencia energética y energías renovables a través de la financiación pública y privada. Durante los tres primeros años de esta inversión, estimamos que se podrían crear cinco millones de nuevos empleos. Estos nuevos puestos de trabajo aumentarían la demanda, generarían ingresos fiscales y ayudarían así a los presupuestos nacionales. Y lo que es más importante aún: cada trabajo significa una oportunidad, una vida real, un lugar en la sociedad para alguien que hoy puede estar sin esperanza.

La juventud europea va camino de convertirse en una generación perdida. Para evitarlo, nos comprometemos con todas las personas menores de 30 años a proporcionarles acceso a la educación, a la formación profesional o a un empleo en menos de cuatro meses desde la presentación de su solicitud. Así, se debe ampliar el proyecto de Garantía Juvenil Europea, pasando de los 6.000 millones de euros actuales hasta 21.000 millones con objeto de convertir las palabras en oportunidades reales. Y el recurso abusivo de las prácticas no remuneradas debe ser abolido.

El mantra del control del déficit público no puede ser una excusa para dejar a nuestros ciudadanos a un lado. La acción efectiva contra la evasión fiscal, que cuesta a Europa un billón de euros cada año, traería nuevos recursos para financiar la inversión. Los presupuestos gubernamentales deben seguir una nueva regla de oro, de manera que no computen las inversiones en creación de empleo y en innovación (I+D) en los objetivos de déficit de la UE. De igual modo, para propiciar una mayor inversión privada, debe abordarse una reforma bancaria que ponga fin a la crisis de crédito actual y ofrezca a las empresas el acceso de nuevo a la liquidez.

La industria europea emplea a 57 millones de personas y es el principal pilar en el que se apoya nuestra economía. Para no dejarla caer y ayudar a elevar su producción al 20% del PIB, se ha propuesto un Grupo de Trabajo de Política Industrial de la UE que coordine las políticas industriales nacionales y europeas. Teniendo además en cuenta que sin innovación la industria no puede crecer o competir, razón por la cual requerimos que Europa invierta al menos el 3% del PIB en I+D, por encima del 2% que dedican competidores globales como EE UU y China.

El proyecto de Garantía Juvenil debe crecer hasta los 21.000 millones

Creemos en las pymes y en las empresas de nueva creación, pero los obstáculos burocráticos que se dan a la hora de iniciar un negocio siguen siendo demasiado altos. El tiempo promedio para poner en marcha una iniciativa empresarial se ha de reducir de 5 a 3 días y los costes, de 372 a 100 euros.

Mediante la mejora de la eficiencia energética se podrían crear dos millones de nuevos puestos de trabajo en el horizonte de 2020 y reducir en 1.000 euros las facturas de energía de cada hogar por año.

Para asegurar que los nuevos empleos son dignos y que dentro de una década nadie sea un trabajador pobre en Europa, se propone un acuerdo marco europeo para que, de forma gradual, los salarios mínimos nacionales alcancen al menos el 60% de la media nacional de cada país.

Para dar apoyo a las familias jóvenes y a las mujeres, necesitamos mejorar la atención de los menores de 3 años, alcanzando al menos el 33% de guarderías públicas y el 90% de escolarización de los 3 a los 5 años, algo que, por ejemplo, en Andalucía ya está cubierto.

Por último, señalamos que Europa tiene que cambiar. Hemos de poner fin al coste económico y social que las políticas de austeridad están causando, así como al desempleo masivo.

Como socialdemócratas, estamos listos para liderar el camino hacia una recuperación europea solidaria, inclusiva, pensada y ejecutada por y para la mayoría de la ciudadanía, no para interés de unos pocos. Una Europa de las personas que nos ayude a devolverle a la política una utilidad y un crédito hoy en entredicho y que fortalezca la democracia frente al acecho de los siempre peligrosos populismos.

Susana Díaz es presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE Andalucía. Hannes Swoboda es presidente del Grupo Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo. Emilie Turunen es europarlamentaria y responsable de las iniciativas de empleo del Socialistas y Demócratas.

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