Ciudadanía europea
La Unión Europea sigue careciendo de una sólida política acordada por y para todos sus países. Ya el azote de la crisis lo sufre y sufrirá la sociedad civil mientras no haya un gran acuerdo o compromiso entre iguales que reanime esta UE tan precaria. En gran medida los gobernantes europeos desertan de la política al lado de los ciudadanos y secundan a los sañudos mandatarios de la brutalidad especuladora del capitalismo financiero. Aun así, la mentada unión política es posible porque facilita el crecimiento democrático que también las supuestas esencias identitarias de populismos, nacionalismos, unitarismos, soberanismos e independentismos suelen malograr. E imposible nunca podrá ser cuando merece tanto la pena a los europeos reemprender su plena unión política que consolide, por ejemplo, una Europa federal. Y si tanto nacionalistas como no, ciudadanos y gobernantes demócratas, coinciden aún en permanecer dentro de esta tan mejorable gran casa común, consolídese pronto la plural y plena ciudadanía europea o ¿la UE qué será?— Gaspar García Fernández.