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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Definamos democracia

Al fin coincido con alguien en mi opinión sobre el debate independentista catalán. El artículo de Javier Cercas del 15 de septiembre es la explicación más clara que he leído sobre el tema. Es tan fácil, tan obvio y tan evidente que no es posible decidir sobre si se quiere o no algo que está fuera de la ley, que la conclusión más inmediata es que quien lo propone lo que pretende es manipular a los votantes en su propio beneficio. La otra opción, la de que realmente crean posible que el resultado de un referéndum consiga la escisión de Cataluña, dice poco de quien la propone. Prefiero pensar que su interés es manipular, aunque no me guste, ya que es algo que hoy día parece algo intrínseco a la política.

Y luego está el tema de saber si verdaderamente hay una mayoría que optaría por la independencia. Y me refiero a una mayoría lo suficientemente informada como para tomar esa decisión. Es fácil calentar los ánimos de jóvenes idealistas y de quien en otro tiempo sufrió la represión por su idioma y su territorio para obtener sus votos, pero me cuesta creer que sepan realmente qué ganan y qué pierden con ello.

Creo que en Cataluña hoy día, con el tema independentista, se da una especie de represión tácita a la hora de manifestar una opinión en contra. Dudo que haya quien se atreva en cualquier conversación pública a decir que no está a favor de la misma. O a no querer para sus hijos la enseñanza en catalán. Creo que los catalanes, tanto en la defensa de su idioma como en la de su independencia, han pasado de un extremo al otro, convirtiéndose, quizá sin darse cuenta, de reprimidos en represores. Creo que no es lo mejor en los tiempos que corren pretender ser independientes, sino trabajar hombro con hombro junto al resto del mundo para superar tantas crisis, hambre, guerras…

No creo que sea el momento de crear nuevas fronteras, sino de eliminar muchas de las existentes. Y que los árboles no nos impidan ver el bosque.

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