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Halle Berry y Jennifer Garner, dos madres en lucha contra los paparazzis

Las actrices piden a la Justicia que apruebe una ley que proteja a sus hijos de las cámaras Ambas cuentan sus traumáticas experiencias y las de sus niños frente a fotógrafos agresivos

Jennifer Garner y Halle Berry, ante el comité de la asamblea judicial de California, el 14 de agosto de 2013.
Jennifer Garner y Halle Berry, ante el comité de la asamblea judicial de California, el 14 de agosto de 2013.Rich Pedroncelli (AP)

Halle Berry y Jennifer Garner saben cómo pelear. Las dos dieron cuerpo en la pantalla, con más o menos éxito, a populares superheroínas del cómic como Catwoman o Elektra. Pero la lucha que han entablado esta semana ante el comité de la asamblea judicial de California en defensa de la propuesta de ley 606 es personal. Ambas actrices hablaron a corazón abierto de sus hijos, de su derecho y del derecho del resto de los hijos de los famosos a crecer en el anonimato, sin el acoso de los paparazzis a la puerta de sus casas. Como resumió Garner, de 41 años, casada con el también actor Ben Affleck y madre de tres niños, ella escogió su profesión como actriz; no sus hijos, ciudadanos de a pie que deben de disfrutar como cualquier otro del derecho a su intimidad.

“No quiero que una pandilla de fotógrafos gritones, sin modales ni respeto por la legislación vigente, que acampan todos los días, a todas horas, delante de donde quiera que estemos, traumatice a mis hijos”, declaró la actriz a la prensa.

Ni Garner ni Berry hablan solo por ellas. La propuesta 606 solicita que se amplíe el significado legal de lo que es acoso e incluya grabar o fotografiar a un menor sin permiso de su padre o tutor. El proyecto, que presentó el demócrata Kevin de León al senado de California y que ha contado con Halle Berry de testigo en dos ocasiones, quiere que se considere un crimen el seguimiento de un menor por fotógrafos o cámaras de televisión por el mero hecho de la profesión o posición de sus padres.

Las fotografías de los hijos de los famosos se han convertido en los últimos años en la posesión más buscada por las revistas del corazón. Existen intentos de reventar el mercado destrozando la exclusiva a los paparazzi con la venta acordada de fotografías posadas con los hijos recién nacidos, táctica que utilizaron padres tan conocidos como Michael Douglas y Catherine Zeta Jones o Angelina Jolie y Brad Pitt. Pero el día a día, según testificaron Berry y Garner, no ha hecho más que empeorar.

“Se les permite estar tan cerca, que pueden gritarme todo tipo de obscenidades y preguntarle cosas a una niña de cinco años completamente inapropiadas para su edad”, relató Berry. La actriz, de 47 años y embarazada de su segundo hijo, se refirió con esta escena al incidente vivido junto a su pequeña hija Nahla, en el aeropuerto de Los Ángeles y que llevó a una melé con los paparazzi.

Como recordó a este diario Naomi Watts, quien acaba de dar vida a la Princesa de Gales en la película Diana, las cosas han mejorado desde la muerte hace 16 años de la famosa Lady Di cuando era perseguida por los paparazzis por las calles de París. En Inglaterra, un código ético determina que los periodistas no pueden “intimidar, acosar o perseguir” a su fuente informativa. Y en California la legislación vigente triplicó la pena contra aquellos que intenten capturar la imagen o el sonido del demandante.

“Pero yo también he tenido mis enfrentamientos con la prensa, especialmente para proteger a mis hijos que no tienen nada que ver con lo que yo hago”, subrayó Watts, casada con Liev Schreiber y madre de dos hijos. Como coinciden todas estas madres y famosas, esta es la mayor lucha contra la prensa del corazón. “Lo que se paga en la actualidad por una foto del hijo de un famoso es increíblemente elevado. Es como si les hubieran puesto precio a sus cabezas. Literalmente”, añadió Jennifer Garner ante el comité, sin poder contener la emoción en sus palabras.

Su lucha no fue en balde y la propuesta fue aprobada de manera unánime dentro del comité judicial siguiendo ahora su curso legal para una próxima entrada en vigor aún por determinar. Una propuesta que cuenta con detractores entre los grandes grupos editoriales, que han expresado su rechazo contra una normativa que podría inhabilitar a los periodistas en su labor y repercutir en un mercado donde el interés en estas instantáneas responde al apetito de los lectores.

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