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El debut

La dama de hierro de la era de Instagram

Mamie Gummer, hija de Meryl Streep y físicamente idéntica a su madre, es también actriz Según 'The Washington Post', será la protagonista de una película sobre la vida de Hillary Clinton

Victoria Will (AP)

¿Es muy hija de su madre?

Se está cociendo en Hollywood un guion llamado Rodham que algún día será una película sobre la vida de Hillary Clinton. De momento no es más que un borrador, pero, según The Washington Post, está llamado a lanzar al estrellato a Mamie Gummer, una actriz de 30 años que no tiene nada que ver con el proyecto, pero que sería la exsecretaria de Estado perfecta. Quizá porque su madre ganó su tercer Oscar el año pasado por interpretar a Margaret Thatcher en La dama de hierro, y quien tuvo, retuvo. Se conoce que Gummer, físicamente idéntica a su progenitora, Meryl Streep, todavía no ha realizado un papel que muestre definitivamente un talento que The New York Times definió hace cuatro años como “de glamour e ingenio delicados”. Ni siquiera The lifeguard, la película que acaba de presentar en Sundance. Ni, por lo visto, años de proyectos en teatro (Las amistades peligrosas), televisión (Emily Owens, MD) y cine.

¿Por qué no se la conoce más?

Que la dilatada carrera de Gummer no le haya dado una imagen más concreta es cosa suya. Hija de Streep y del escultor Donald Gummer, hermana de artistas (Henry, de 33 años, músico, y Grace, de 27, actriz; la pequeña Louisa es la única de la que los científicos no podrán, de momento, extrapolar el gen del talento familiar), mujer de actor (Ben Walker, de Abraham Lincoln, cazador de vampiros), es una profunda conocedora de los requisitos de la fama en la era de Twitter e Instagram. Lo suyo sería verla porfiarse su propio nombre papel tras papel, pero es más fácil ver cómo se deja codiciar por las cámaras en la Semana de la Moda de Nueva York. Solo por trabajo, dice, porque “las apariciones en eventos se han convertido en un negocio; no basta con ser buena actriz, hay que pelear por ser el foco de atención en una era en la que cualquiera puede recibirla”.

¿Dan el Oscar por tener clase?

Este fenómeno es lo que ha obligado a Gummer a ser no solo actriz, sino invitada en saraos de alta alcurnia y modelo ocasional para Gérard Darel; a que sus fotos tengan sección propia en Style.com y su nombre no salga de las listas de las mejor vestidas. Hija de una estrella que va a los Oscar en pantalones y sin maquillar, este rol, que ejecuta a la perfección, llama más la atención que su carrera y personalidad. Y así, la invitada de honor que impuso un caché para ir a una fiesta en junio porque “necesito pagar el alquiler” se ha convertido en la sucesora de su madre en el mundo de la moda. Es la dama de hierro en la era de Instagram.

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