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Victoria y Felipe, en soledad

Los hijos de la infanta Elena se quedaron sin sus primos en su tradicional clase de vela

Felipe Marichalar, ayer en Mallorca
Felipe Marichalar, ayer en MallorcaGTRES

Felipe y Victoria, los hijos de la infanta Elena, se han quedado este año sin sus habituales compañeros de veraneo en Mallorca. Sus primos, los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, solo se quedaron dos días y medio en la isla, durante los cuales salieron a navegar en compañía de su abuela, la reina Sofía. El martes por la noche regresaron a Barcelona para celebrar con sus padres el día de san Ignacio, y por el momento no hay previsión de que reanuden sus vacaciones en el palacio de Marivent. Solos, los hermanos Marichalar se estrenaron ayer en el ya habitual curso de vela del verano. Ambos cuentan con cierta experiencia en la navegación, ya que vienen asistiendo a clases desde hace varios años.

Durante la mañana se pudo ver a un Felipe muy entregado al timón de una embarcación de vela del tipo 4-20, de unas dimensiones manejables para un niño de 14 años recién cumplidos. El nieto mayor de los Reyes dio muestras de estar plenamente recuperado de la lesión que sufrió en el pie, al dispararse accidentalmente con una escopeta durante las pasadas vacaciones de Semana Santa. Su hermana Victoria charló animadamente con un grupo de niñas antes de hacerse también a la mar. Fueron doña Sofía y la infanta Elena quienes trasladaron a los niños hasta el puerto balear a primera hora de la mañana y se despidieron de ellos minutos antes de que diera comienzo la primera clase.

En años anteriores, Iñaki Urdangarin jugaba un papel destacado durante estas jornadas náuticas. El marido de la hija menor de los Reyes solía acompañar a los niños a las instalaciones del club náutico de Palma y acostumbraba a vigilar de cerca sus primeras lecciones de navegación. Fue a sugerencia suya que en 2008 y 2009 los benjamines de la casa alternaron la escuela de vela con lecciones de esquí acuático en aguas de Cala Nova, muy cerca del palacio de Marivent. Las evoluciones de los pequeños eran jaleadas y fotografiadas desde la lancha por el yerno del Rey. Doña Cristina —que formó parte del equipo olímpico de vela en Barcelona 92 junto al príncipe Felipe— fue quien transmitió su pasión por los deportes náuticos a su marido. El Príncipe y las dos infantas aprendieron a navegar en aguas de la bahía de Palma durante sus largos veraneos en la isla desde mediados de los setenta. Ya en la década anterior, la tradición pasó a la siguiente generación, la de los nietos de los Reyes.

El alboroto que no hace tanto tiempo formaban los seis hijos de doña Cristina y doña Elena, a los que posteriormente se sumaron las infantas Leonor y Sofía, hijas de los príncipes de Asturias, ha dado paso a un verano mucho más tranquilo en la residencia real de Mallorca. Felipe y Victoria se conforman con hacerse compañía el uno al otro. Apartado de la agenda oficial de la Casa del Rey por su comportamiento “poco ejemplar” a raíz de su imputación en el caso Nóos, Urdangarin permanece junto a su mujer en su casa de Barcelona, mientras que sus hijos apenas han disfrutado de la isla, junto a sus primos, su tía y su abuela.

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