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Nada tumba a Gloria Trevi

Cinco años de cárcel no lograron acabar con la intérprete de 'Pelo Suelto' Hoy, tras superar una vida de culebrón, ha recuperado el perdón mediático Es la cantante mexicana que más vende en su país

Inés Santaeulalia
A sus 44 años, la cantante mexicana Gloria Trevi conserva las consignas que le trajeron el éxito hace dos décadas: el pelo muy suelto y mallas de superheroína.
A sus 44 años, la cantante mexicana Gloria Trevi conserva las consignas que le trajeron el éxito hace dos décadas: el pelo muy suelto y mallas de superheroína.URIEL SANTANA

"Señoras y señores, no olvidarán ustedes el momento de tomar contacto con Gloria Trevi”. El desaparecido Jordi Estadella anunció así en 1992 la primera actuación de la cantante mexicana en el mítico programa Un, dos, tres... El presentador se quedó corto al definir a la joven como un volcán y acabó aquella noche revolcado por el suelo, con una Trevi despeinada subida a horcajadas y agarrándole de la corbata mientras cantaba sus primeros dos temas en España: Pelo suelto y Doctor psiquiatra.

En esa época, el zapeo enfrentó los viernes a Gloria Trevi, la Trevi, con las Mama Chicho de Telecinco. Y España se inclinó por la Trevi. Durante semanas barrió el suelo del escenario con la melena, besó los objetivos de las cámaras y trepó entre las gradas del público. “Traía hambre y necesidad de llamar la atención porque quería que se escuchara mi música. Por eso ahora cuando veo las cosas que hace Lady Gaga me da hasta ternura y me cae bien”, dice la cantante. Y acertó Estadella, pocos la olvidaron. Pero ¿qué fue de la Trevi?

Pasados 20 años de aquello, Gloria Trevi (Monterrey, 1968) responde al teléfono desde Miami, en una de las paradas de la gira por EE UU para presentar su octavo disco, Gloria. Se la escucha serena hasta que su ADN se abre hueco en medio de cualquier frase. “¡Ahhhh!”, grita. Entonces uno se da cuenta de que sigue siendo ella, para muchos mexicanos una suerte de ave fénix nacional, para el resto del mundo la protagonista real del más increíble y jamás inventado culebrón latino.

Acusada junto a su exrepresentante por algunas de sus coristas de abuso sexual y secuestro a menores, la Trevi pasó casi cinco años entre rejas en cárceles brasileñas y mexicanas. Denunciada a la Interpol por las autoridades de su país a finales de los noventa, en el año 2000 fue detenida en Río de Janeiro y más tarde extraditada a México. Sus fotos en el penal dieron la vuelta al mundo. Los fans se lanzaron a las iglesias del país para rezar por la inocencia de su diva y sus detractores se relamieron con su caída a los infiernos. Años después, en 2004, un juez la exoneró de todos los cargos. “Salí absuelta de un proceso muy injusto, considerado una de las aberraciones más grandes que han pasado en mi país. Sigo siendo yo, pero tuve que reencontrarme otra vez. Gracias a Dios sigo adelante”, dice.

2011, ‘ANNUS HORRIBILIS’

En julio del año pasado, Trevi resbaló por la escalerilla del avión en el que volvía a México. Los dos metros de altura le fracturaron el paladar por tres partes y le rompieron parte de los dientes. “Pensé que me había muerto”, relata. En octubre se especuló con el secuestro de su marido, Armando Gómez. La vocalista tranquilizó a sus 1,7 millones de seguidores en Twitter diciendo que todo estaba bien, e incluso dio dos conciertos esos días. No fue hasta la liberación de Gómez cuando la Trevi informó de su secuestro. A principios de 2012, la Policía detuvo al exportero de la selección mexicana El Gato Ortiz por su relación con los secuestradores al servicio del cartel del Golfo que retuvieron, entre otros, al marido de la Trevi.

La Trevi volvió a nacer, si cabe con más fuerza. Hoy es la mexicana que más discos vende en su país. “Ahora nadie la controla, sobrevivió y tiene mucho talento”, dice la editora de la sección Hey! del diario mexicano Milenio, Susana Moscatel. “Cuando nació como artista, en los ochenta, Gloria era parte del sistema, pero fue capaz, desde dentro del monopolio controlado por Televisa, de romper con los esquemas y los moldes que entonces nos daban las telenovelas y convertirse en la chica rebelde”, dice Moscatel.

El año pasado, la hija pródiga de Televisa volvió a la pantalla. Su participación en el programa de niños Pequeños gigantes desató una polémica en México por sus antecedentes penales. Para Moscatel, su vuelta a la tele y rodeada de niños “fue una especie de perdón mediático”. Ajeno a las críticas, el programa prepara estos días su segunda edición, que también contará con la Trevi como madrina.

Casada con un expresidiario que conoció en sus días de cárcel, la artista vive ahora en EE UU y tiene dos niños. Dice que un día se pone el traje de “Super Glo” (de Súper Gloria, que ella pronuncia en inglés: glou); otro, el traje de supermamá (su hijo mayor, que tuvo con su exrepresentante, nació en la cárcel), y otro, “el traje de supervillana”. El de Super Glo, o el de supervillana, quién sabe, incluye las mismas licras imposibles ajustadas al cuerpo que la hicieron famosa. A sus 44 años, Gloria asegura que no ha pasado por el quirófano más que para “una rebajadita” de nariz –“o me dejaba bigote o me la rebajaba”– y para arreglarse los dientes tras una caída el año pasado desde las escalerillas de un avión.

De niña quería llegar a presidenta de la República. Defensora de los derechos de los gais, de la igualdad o de los anticonceptivos, ha escandalizado a más de uno. Se pone seria al hablar de política. Sobre la candidata del PAN a la presidencia, Josefina Vázquez Mota, la Trevi lo tiene claro: “Hay gente que la va a votar solo porque es mujer. A mí no me gustaría que votaran por eso, sino porque es inteligente, que nadie vote por si uno es hombre, mujer o negro”.

El ruido de timbres, voces y trasiego se cuela a través del teléfono. EE UU la espera. ¿Para cuándo la película sobre su vida de la que se ha hablado? Asegura que “lo más chingón” de su historia aún está por escribirse, pero reconoce que no podría hacer de sí misma en la pantalla por revivir los malos momentos. “Quizás Angelina Jolie, pero tendría que estar más joven”. Se hace el silencio, y entonces vuelve a gritar la Trevi: “¡Ahhhh!”.

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Sobre la firma

Inés Santaeulalia
Es la jefa de la oficina de EL PAÍS para Colombia, Venezuela y la región andina. Comenzó su carrera en el periódico en el año 2011 en México, desde donde formó parte del equipo que fundó EL PAÍS América. En Madrid ha trabajado para las secciones de Nacional, Internacional y como portadista de la web.

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