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A 236 km/hora, nuevo récord de infracción de velocidad en la AP-7

Extranjeros y domingueros convierten la autopista en una de las más peligrosas del país a su paso por la provincia de Tarragona

Los Mossos d'Esquadra detectaron el pasado domingo la infracción de velocidad más elevada hasta el momento en la AP-7 a la altura de las Tierras del Ebro: 236 kilómetros por hora, prácticamente el doble de la velocidad máxima permitida en una autopista, a los que circulaba el conductor de una motocicleta en la vía AP-7, a la altura de Ulldecona (Tarragona).

En la misma autopista, unas horas antes, los agentes interceptaron al conductor de un vehículo que circulaba a 212 kilómetros por hora. Ambos fueron detenidos y pasaron a disposición judicial para ser sometidos a un juicio rápido por un delito contra la seguridad en el tráfico. No serán los únicos: la policía autonómica admite que este tipo de juicios suelen dirigirse a domingueros y conductores foráneos, que convierten esta vía en una de las más peligrosas por el alto tráfico y la elevada velocidad a la que circulan sus vehículos.

El piloto que ostenta ahora el lastimoso récord de infracción viaria, Jorge O. G., de 34 años, regresaba supuestamente a su domicilio de Terrassa (Barcelona). El conductor del otro vehículo, Vicente R. G., de 55 años y nacionalidad francesa, quedó detenido para asegurar su comparecencia al juicio rápido y evitar que huyera de la ley española una vez cruzara la frontera francesa.

Moverse rápido

El lugar de origen de ambos infractores explica el principal factor de riesgo que sufre la AP-7. La infraestructura, también conocida como autopista del Mediterráneo, es la principal vía rápida que vertebra la comunicación por la costa, desde la frontera con Francia hasta Algeciras. La utilizan, básicamente, personas de nacionalidad extranjera o domingueros y veraneantes ajenos al territorio que quieren desplazarse por la línea de la costa con una única premisa: moverse rápido.

Los Mossos d'Esquadra, que llevan poco más de un año desplegados en la zona, advirtieron la excesiva velocidad por la que se transita en la vía desde el primer momento. "No hemos dejado de ampliar las campañas de control de velocidad pero cada vez nos sorprende. No dejamos de encontrar a vehículos que circulan todavía más rápido de lo que esperábamos", señala un portavoz policial.

El récord -236 km/hora- es otro ejemplo de que los controles de la policía autónómica han revertido en un mejor comportamiento para los residentes en la zona. Pero de nada sirven a los foráneos que cada domingo se lanzan por la AP-7.

Batir todos los registros

Al piloto de la motocicleta le saldrá caro haber batido todos los registros: se enfrenta a una pena de hasta seis meses de cárcel y a la retirada del carnet de conducir por un periodo que puede alcanzar los cuatro años. Sin contar con la contundente multa y otra condena a realizar trabajos en beneficio para la comunidad durante un máximo de tres meses. Probablemente, se le pasarán las ganas de disparar la moto a tanta velocidad.

Es el objetivo de la reforma sobre los delitos de Seguridad Vial, endurecida en 2007: evitar la reincidencia a través de la dureza de las sanciones. "Y funciona, apenas detectamos reincidentes", sostienen los Mossos d'Esquadra.

"Pero ese efecto se pierde cuando cada fin de semana o a cada periodo vacacional el infractor es un conductor extranjero o no residente en la zona y que no conoce las reglas". El récord de infracción de velocidad, temen los agentes, tiene los días contados.

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