Pizarro o la economía manda
La decisión de Mariano Rajoy de llevar en la lista de Madrid a Manuel Pizarro como su número dos confirma que la campaña electoral del 9-M tendrá en la economía su tema estrella. El primero en verlo ha sido José Luis Rodríguez Zapatero al asegurarse la presencia de Pedro Solbes en la lista del PSOE por Madrid; ahora es Rajoy quien ha decidido que "su Rodrigo Rato" para el 9-M será Manuel Pizarro.
Hace ahora dos semanas, César Alierta, presidente de Telefónica, había acordado con Pizarro su incorporación al consejo de administración de la compañía. Por tanto, la oferta de Rajoy ha tenido que ser posterior. Ha sido una iniciativa de emergencia. Tiene sentido. Rajoy sostiene que la economía española "da miedo", que el Gobierno socialista no ha adoptado medidas para prevenir "la crisis" y por ello ha buscado un espadachín para batirse con Pedro Solbes.
Aunque la economía va a mandar en esta campaña electoral, la decisión de Rajoy debe ser entendida también como una jugada para diluir la ofensiva contra la presencia de Alberto Ruiz-Gallardón en la lista de Madrid. El alcalde madrileño estará presente, no hay duda ninguna. Pero ya no va a ser la estrella. Porque todo el peso más relevante va a estar en el candidato a la vicepresidencia económica. Esto es, en Pizarro, el zar de la economía si gana el PP.
Pizarro es un primer espada de la política. Fue él quien desde los bastidores ayudó a Rodrigo Rato y a José María Aznar, en 1996, a diseñar una operación a la francesa para mantener la influencia en las empresas y bancos en proceso de privatización. Fue él quien influyó discretamente en los nombramientos y quien fue urdiendo un establishment granítico a favor de Rato y de Aznar.
Finalmente, ya desde Endesa, su batalla contra la política de un campeón nacional demostró que tenía fuelle. Aunque la valoración de Endesa subió a golpe de OPA, después de un largo periodo de estancamiento, salió del terreno de combate como un héroe que se había batido a favor de sus accionistas.
En todo ese periodo, Rajoy y el PP le dieron su respaldo incondicional. Ahora Pizarro va a poner sus energías al servicio de Rajoy. Hoy por ti mañana por mí.
