_
_
_
_
_

El Solitario se envalentonó tras saber que no iba a ser entregado de forma inmediata a España

El atracador pasó de pedir que le cubrieran la cabeza a gritar a cara descubierta "¡Hola a todos, soy El Solitario! Salud, españoles" cuando abandonó los juzgados para ingresar en la cárcel

Entró ayer al juzgado con la cabeza gacha en medio de una nube de curiosos y periodistas y tratando de esquivar a cámaras y fotógrafos, esperó en calma más de una hora la constitución del tribunal ante el que compareció, guardó silencio durante las casi seis horas de declaración ante el juez y pidió a los policías que le taparan la cabeza al salir al exterior. Pero cuando ya sabía que iba a quedarse en Portugal en prisión preventiva y un agente luso le preguntó por qué un criminal tan famoso quería aparecer con el rostro tapado, El Solitario cambió de actitud. "Tienes razón, soy El Solitario", contestó, y salió a la calle a cara descubierta, desafiante y saludando como si fuera un héroe a las decenas de curiosos y periodistas que se agolpaban a las puertas de los juzgados, a los que gritó: "¡Hola a todos, soy El Solitario! Salud, españoles", según han relatado fuentes judiciales y de las fuerzas de seguridad que le custodiaron antes de ser conducido a la cárcel.

Más información
Mesquida asegura que se ha pedido a Portugal una orden de entrega de El Solitario para interrogarlo "lo antes posible"
El Solitario se deformaba el rostro con látex
Seis agentes para reducir a El Solitario
El Solitario tenía un arsenal en casa

La policía portuguesa cree que el acusado, habituado a la clandestinidad, habría optado primero por buscar el anonimato y hasta hizo lo posible por que la fotografía para su ficha policial no captara bien su rostro y cerró los ojos. Pero luego superó su frialdad y poca colaboración inicial y llegó a mostrar tal empatía con los agentes que algunos incluso pensaron que se encontraba a gusto.

Jiménez Arbe ha pasado su primera noche en prisión en la cárcel de Coimbra, donde va a permanecer de momento, pese a la posibilidad de que le recluyan en otras instalaciones de alta seguridad. Acusado de perpetrar una treintena de robos con violencia y de asesinar a dos guardias civiles y un policía en España, El Solitario permanece en la cárcel de la capital regional de Figueira da Foz, donde fue detenido el pasado lunes, en tanto comienza su juicio en Portugal, que fuentes oficiales lusas aseguran que puede estar concluido en tres meses. Después sería extraditado a España y procesado.

El enemigo público número uno no ha dado hasta ahora problemas a las autoridades portuguesas, aunque éstas lo han calificado como un delincuente de "alta peligrosidad" y movilizaron a una veintena de agentes para detenerle a las puertas del banco de Figueira da Foz que iba a atracar.

"Preparado para huir o morir peleando"

Pese a su silencio en el juzgado, Jiménez Arbe conversó con los agentes encargados de su custodia e hizo honor a su fama de delincuente violento al mostrarse afectado por la forma en que le capturaron y asegurar que "estaba preparado para huir o luchar y morir peleando". Cuando le arrestaron, los policías querían capturarle vivo e iban armados con pistolas capaces de aturdir sin matar, pero en cambio El Solitario llevaba un chaleco antibalas, una pistola con una bala en la recámara y un subfusil capaz de barrer a los agentes con una ráfaga. Sus armas estaban perfectamente limpias y preparadas y si le hubieran apuntado directamente podría haber desatado una carnicería, según uno de los responsables de la operación, en la que optaron por lanzar encima del atracador a varios agentes fornidos que le redujeron a base de fuerza y sin un solo disparo.

El mayor atracador de bancos de los últimos tiempos, Jaime Jiménez Arbe, sale del juzgado de Figueira da Foz custodiado por la PolicíaVídeo: CNN+

El delincuente compraba armas estropeadas por Internet y las reparaba

Jaime Jiménez compraba armas con fallos y en desuso por Internet y después las reparaba en la nave industrial que tenía en Pinto (Madrid), donde además guardaba planos, mapas de carreteras y agendas en las que anotaba todo lo relacionado con sus atracos, según fuentes de la investigación, para las que El Solitario era "un auténtico manitas, muy hábil". El presunto delincuente dejó constancia de sus planes y de la ejecución de los asaltos que llevó a cabo en 18 cuadernos de hoja cuadriculada en los que escribía a bolígrafo y subrayaba con rotulador. Los cuadernos y el resto del material incautado al atracador han sido expuestos esta mañana en la sede de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Junto a esos cuadernos, los agentes han mostrado parte de la variada y particular biblioteca de El Solitario, concretamente los manuales que poseía relacionados con la utilización y fabricación de armas en varios idiomas, como In the line of fire (En la línea de fuego), dedicado al tiro con arma corta. En el registro de su vivienda fueron halladas cuatro granadas que él mismo había fabricado. Entre pistolas y revólveres, El Solitario guardaba nueve armas cortas, varias ametralladoras y un fusil de asalto.

Fuentes de la investigación han revelado que Jiménez había modificado el cañón de algunas de las armas con objeto de experimentar y poder utilizar munición diferente a la que suelen llevar. Esta modificación podría suponer una dificultad para los laboratorios de criminalística de la policía y de la Guardia Civil, que cotejan los casquillos recogidos en los al menos cinco asaltos en los que disparó con las armas incautadas. Sin embargo, al dejar el percutor una muesca inconfundible en los casquillos, los investigadores confían en que las armas de fuego sean una prueba más para la condena del presunto asesino de dos guardias civiles en Castejón (Navarra) y de un policía local en Castellón.

Tinte para el pelo, un ordenador portátil y chalecos antibala se suman al material en manos de El Solitario mostrado hoy por la policía.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_