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IBM saca la chequera y opta por jugar al ataque

El grupo tecnológico paga 30.300 millones para comprar Red Hat, la mayor adquisición de su historia, con el objetivo de salir del estancamiento

Los servicios en la ‘nube’ generaron a IBM 5.500 milones en 2017.
Los servicios en la ‘nube’ generaron a IBM 5.500 milones en 2017.

Un acuerdo que cambiará toda la industria. Es una de esas frases que se repite sin cesar en el universo tecnológico al justificar las alianzas corporativas que se forjan en el negocio de la gestión de datos. En el caso de la operación por la que IBM compra Red Hat es una necesidad. La apuesta de Big Blue es rotunda: desembolsa 34.000 millones de dólares (30.300 millones de euros), su mayor adquisición hasta la fecha. Se trata, como dicen en Wall Street, de evolucionar o morir.

Ginni Rometty, su consejera delegada desde hace casi siete años —aunque lleva en la empresa desde la década de los noventa—, cree que la experiencia y la tecnología de Red Hat permitirán avivar el crecimiento de IBM y sacar a la multinacional del estancamiento que arrastra. Es algo que hizo antes, cuando sorprendió al mercado al desembolsar 3.500 millones por el creador de los programas de gestión Lotus allá por 1995. Tras aquella fusión, Lotus logró duplicar sus ventas cada año gracias a la masiva red de distribución global de IBM.

La ejecutiva había jugado hasta ahora a la defensiva, tanteando nuevas fuentes de crecimiento en inteligencia artificial y seguridad. Ahora pasa al ataque. Red Hat es más pequeña que IBM pero tiene un gran potencial en los servicios de gestión en plataformas híbridas. El vendedor de programas basados en el sistema operativo Linux cuenta con 12.000 empleados, 30 veces menos que su rival. Sus ventas rondaron los 2.900 millones en 2017, frente a los 22.500 millones de IBM, a la que los servicios en la nube generaron 5.500 millones.

IBM, por tanto, puede funcionar de nuevo como facilitador al contar con una valiosa base de clientes en tecnologías de la información que incluye compañías del Fortune 500, entidades financieras, agencias públicas y universidades. Red Hat crecía actualmente a un ritmo del 20% anual, mientras que su rival VMware lo hace algo más de un 10%. Yendo sola se estimaba que podría duplicar las ventas en solo tres años y medio. Juntas, sin embargo, pueden ir más rápido.

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Pero como señalan desde HWVP, un fondo de capital riesgo que invierte en empresas emergentes en el sector tecnológico, todo se mueve muy rápido en la nube. Por eso, creen que IBM debía hacer una apuesta tan fuerte para no quedar rezagada frente a Amazon, Microsoft y Google. Es lo que acaba de hacer también SAP con la adquisición de Qualtrics, una transacción más modesta valorada en 8.000 millones, que se anuncia la misma semana en la que iba a empezar a cotizar. “Lo interesante será ver cómo logran integrar un plataforma de código abierto en su arquitectura”, señalan en HWVP, “porque no es tan evidente” pese a las sinergias que puede haber entre las dos compañías. Se trata de casar los últimos 50 años de avance tecnológico con los próximos 50 años de innovación en una industria en constante evolución. IBM paga para ello una prima del 60%. El valor de la operación es, por tanto, alto si se piensa que equivale a un 30% de su capitalización. Pero hay analistas que destacan al ver las cifras que Red Hat es capaz de generar un flujo de caja de 1.000 millones.

Rometty fue la primera en hablar de los datos como la nueva materia prima que mueve la economía. Ahora quiere que la adquisición de Red Hat defina su legado. Para demostrar que cree en esta apuesta, se hizo con el equivalente a tres millones de dólares en acciones de IBM días después de anunciar la adquisición. Otros cuatro miembros del consejo también compraron acciones. Pero estas maniobras no son una garantía de que los títulos de la compañía vayan a recuperarse. Pierden casi un 15% de su valor en los últimos tres meses y cerca de un 20% cuando se toma como referencia lo que va de año. IBM, como señalan diferentes analistas, tiene muchos problemas aún que resolver. “El 40% de los ingresos de la compañía”, señalan desde Moffett Nathanson, “proviene de áreas de negocio en tecnologías de la información que se contraen”.

Red Hat permite reordenar la cartera de servicios de gestión de datos y dirigir un volumen de negocio mayor hacia esa área. Ese empujón, por su tamaño, no permitiría resolver del todo el reto central al que se enfrenta IBM. Los analistas de RBC Capital recuerdan que la aportación adicional a los ingresos del grupo no es muy grande, inferior al 5%. Sin embargo, creen que es una oportunidad para que la compañía deje de estar anclada en el pasado como hizo Satya Nadella con Microsoft.

Durante la presentación al mercado de la operación se formularon muchas preguntas acerca de cómo se van a integrar culturas tan distintas. IBM y Red Hat son rivales, pero colaboran desde hace tiempo porque con el paso del tiempo el sistema operativo Linux logró implantarse como una plataforma alternativa también en el mundo de la empresa. Cada vez más compañías dejaron de instalar sus propios centros de datos y están externalizando esa infraestructura.

Rometty trata de entrar en un mercado en el que ve que no puede penetrar en solitario. Los analistas de BTIG consideran que esta operación pone en evidencia la desesperación que hay en el seno de IBM por no quedar rezagada otra vez. “Perdieron el tren hace cinco años. Lo sorprendente no es que compren esta empresa, sino que les haya llevado tanto”. Red Hat estaba en todas las quinielas de operaciones corporativas desde hace tiempo porque tiene la escala necesaria para ser atractiva a ojos de Oracle o Cisco.

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