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Vueling ralentiza su crecimiento para evitar otro caos de retrasos y cancelaciones

La compañía invierte 15 millones en su transformación, que supone reducir destinos

Lluís Pellicer
Avión de Vueling despegando del aeropuerto de Barcelona.
Avión de Vueling despegando del aeropuerto de Barcelona.Carles Ribas

La aerolínea de bajo coste Vueling está poniendo en marcha este año un plan para evitar el caos generado en el aeropuerto de Barcelona el pasado verano y que provocó la cancelación y retrasos de decenas de vuelos a partir del mes de junio. El presidente de la compañía del grupo IAG, Javier Sánchez Prieto, ha explicado este miércoles que esa crisis puso de manifiesto “la complejidad” en la que se mueve la compañía, en especial en el aeropuerto de Barcelona, uno de los que registran más tráfico del continente durante la temporada estival.

“El año pasado fallamos en la manera en la que dimos respuesta a los clientes. No falló nada en nuestros aviones, pero ante las ATC [regulaciones] y huelgas no supimos dar respuesta”, ha admitido Sánchez Prieto. Por ello, el plan va más allá del verano y, según los responsables de la aerolínea, se trata de un programa de transformación que, a la práctica, supone detener el ritmo de crecimiento que seguía la compañía para retomarlo dentro de dos años. Puesto que el plan estratégico hasta 2020 prevé un crecimiento medio anual del 7%, la aerolínea volverá a emplearse a fondo dentro de dos años con aumentos de dos dígitos.

Estas son algunas de las medidas que está implementando la aerolínea dentro del denominado plan Vueling Next. Estas supondrán una inversión aproximada de 15 millones de euros, según el presidente de la compañía. Los responsables de la compañía son optimistas en cuanto a los resultados, y resaltan que la puntualidad media de la aerolínea se ha situado ya en el 80%, en línea con otras empresas de la competencia.

Más aviones y tripulaciones de reserva. Vueling pasará a tener siete aeronaves paradas para atender a posibles complicaciones, frente a las cinco que tenía antes de la crisis del año pasado. “Nada nos hace pensar que este año será mejor en regulaciones”, ha afirmado Sánchez Prieto. Además, se destinará un 15% más de recursos para mantenimiento.

Más tiempo en tierra. El director de Estrategia de Vueling, Mike Delehant, ha explicado que la aerolínea quiere "ofrecer un programa más estable de operaciones en los meses de verano y los fines de semana”. Para procurar que la operativa no esté tensionada, se programarán los vuelos en base a dos factores: que los aviones estén en tierra una media de 45 minutos (entre embarque y desembarque), frente a los 35 minutos del año pasado, y un aumento los tiempos de conexión de sus vuelos hasta 45 minutos en verano e incluso 55 minutos en el mes de julio.

Menos vuelos nocturnos y horarios ajustados. Vueling seguirá teniendo vuelos de noche, pero un 16% menos. “Muchos de nuestros pasajeros los quieren”, ha recordado Sánchez Prieto. Los vuelos, además, se programarán para que lleguen 55 minutos antes del cierre del aeropuerto de llegada (en caso de que lo haga) para evitar que los vuelos sean desplazados hacia otro aeródromo en caso de retraso. Pero además, Vueling ajustará los tiempos de vuelo de los aviones a la realidad, puesto que consideran que las regulaciones y la saturación del tráfico aéreo los ha incrementado.

Menos destinos y mejor protegidos. La red global de la aerolínea llegó a los 160 destinos en 2015. La compañía ya viene de una reducción a 145 ciudades el año pasado, pero este año ha decidido centrarse en 130 destinaciones. “Vueling fue muy expansivo para llegar a muchos sitios, pero la operativa se hace más compleja”, afirman sus responsables. La aerolínea se ha focalizado en convertirse en la compañía líder conectando España, en particular Barcelona, con el resto de Europa y hacerse fuerte en Francia e Italia. A la vez, Vueling quiere proteger destinaciones importantes. Los responsables de la compañía ponen el ejemplo de la ruta Madrid-Barcelona-Ibiza-Valencia. Para asegurar la puntualidad de los vuelos, la aerolínea va a deshacerla y a dedicarle más recursos, por ejemplo, partiéndola en dos.

Presencia de Vueling en ‘handling’. El servicio de equipajes de Vueling está subcontratado a Iberia. Sin embargo, la aerolínea dedicará personal propio a esas tareas. En concreto, tendrá cuatro gerentes y 54 supervisores que puedan estar pendientes de las maletas. “Si hay un problema quiero que lo atienda gente de Vueling, que al final es quien tiene la relación con el cliente”, ha afirmado Sánchez Prieto.

Reducir la estacionalidad. La aerolínea no quiere dejar de crecer, y en realidad este año la capacidad va a incrementarse un 2%. Eso sí, quiere pegar más allá del verano. “Queremos levantar los hombros”, ha afirmado gráficamente Sánchez Prieto, en referencia a levantar la curva durante primavera y otoño e invierno. De hecho, el plan de negocio 2016-2020 tiene dos fases: en la primera, que durará entre 12 y 18 meses, en la que se buscará “robustecer” la compañía. A partir de entonces, la empresa quiere recuperar un incremento de doble dígito (de entre el 10% y el 12%) en su expansión.

Atención al cliente. La compañía incrementará en un 30% los mostradores de check-in que tendrá en el aeropuerto de Barcelona. La idea, que todavía está negociando, pasa por ocupar todo el hall central y dos pasillos más. Además, Vueling quiere tener hasta 30 kioskos para hacer el self-checking. También los centros de atención telefónica al cliente tendrán más recursos, en concreto, un 120% más que el año pasado.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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