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Grifols hace de Irlanda su centro de operaciones y financiero

El grupo gestionará desde Dublín la tesorería global de la compañía, el área de I+D y el negocio de hemoderivados

Lluís Pellicer
El presidente de Grifols, Víctor GrÍfols, durante su intervención en la Junta General Extraordinaria de Accionistas de 2011.
El presidente de Grifols, Víctor GrÍfols, durante su intervención en la Junta General Extraordinaria de Accionistas de 2011. Marta Pérez (EFE)

Grifols ha inaugurado este jueves en Dublín su nuevo centro mundial de operaciones de la división de biociencia, la relacionada con la producción de hemoderivados y que representa alrededor del 75% de la actividad del grupo. La compañía catalana, que ha invertido 88,4 millones de euros en la planta, comercializará desde Irlanda la producción de esta división que no salga de las plantas de Estados Unidos y España y centralizará las decisiones sobre política comercial e investigación y desarrollo. La tesorería del grupo, de hecho, ya se centraliza desde el año pasado desde el centro dublinés, donde se ha ubicado su vicepresidencia financiera.

El nuevo centro mundial de operaciones de hemoderivados se enmarca dentro del plan de expansión de la compañía. Tras la apertura, el grupo quedará estructurado de la siguiente forma: la sede social seguirá en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y de ella colgarán las divisiones de diagnóstico, en San Francisco; la hospitalaria, en Barcelona, y la de hemoderivados, que estará en Dublín. Esta última generó el año pasado 2.513 millones de euros, lo que supone tres cuartas partes del volumen de negocio de la compañía catalana. La compañía hoy tiene dos fábricas de producción en Estados Unidos (una en Clayton y otra en Los Ángeles) y una en Parets del Vallès (Barcelona). La compañía está ultimando la decisión sobre la construcción de una nueva planta de fraccionamiento, cuya ubicación se comunicará en 2016.

El vicepresidente financiero de Grifols, Alfredo Arroyo, ha explicado que la decisión de abrir el centro irlandés debe contemplarse desde una “visión global” de la compañía, cuyo tamaño se duplicó “desde todos los puntos de vista” en 2011 con la compra de la norteamericana Talecris. De hecho, hoy el mercado español es “bastante marginal” para el grupo al suponer solo el 5% del negocio. “Grifols es una compañía global y ubica las operaciones donde le es más conveniente desde el punto de vista de negocio”, ha afirmado.

Esta planta, según ha informado la compañía, será el almacén central de todo el plasma procedente de Estados Unidos, donde en la actualidad tiene 150 centros de donación de donde obtiene 7,5 millones de plasma anuales. Además, será el principal almacén de productos intermedios y producto acabado y realizará “las labores de etiquetado, empaquetado, acondicionamiento final de producto y distribución de productos plasmáticos acabados hacia todas las filiales comerciales de Grifols y distribuidores a nivel mundial”, salvo en España y Estados Unidos.

Pero además, desde Irlanda se llevará la gestión mundial de la tesorería del grupo y desde este país se llevarán a cabo las operaciones financieras como las emisiones de deuda. En esa decisión pesa, sin duda, la fiscalidad atractiva irlandesa, cuyo impuesto de Sociedades, del 12,5%, es el más competitivo de la Unión Europea. Las multinacionales buscamos estabilidad legal, tributaria, regulatoria. Aquí el sistema legal y tributario es transparente y consistente”, ha admitido Arroyo.

Sin embargo, el vicepresidente financiero ha rechazado que ese sea el único motivo y ha recordado que el impuesto de Sociedades que abona la compañía finalmente es del 22%. “El tipo efectivo es la media ponderada de todos los países en los que se hace beneficio”, ha recordado Arroyo. “A [Cristóbal] Montoro no le va a cambiar nada”, ha agregado Arroyo, en referencia a que España solo supone el 5% del negocio de la compañía.

El vicepresidente financiero, no obstante, ha afirmado que la fiscalidad no es el único factor por el que se han decidido por Irlanda. “Es un país que crece a un ritmo del 6%, con un 9% de paro, con un nivel de talento muy elevado, multicultural…”, ha destacado el vicepresidente financiero, quien ha recordado que Irlanda es el país europeo de habla inglesa que tiene el euro como moneda y “la puerta de entrada de Estados Unidos”.

El propio presidente y consejero delegado de la compañía, Víctor Grífols, ha explicado en su discurso de inauguración que los motivos que le han llevado a abrir en Irlanda son su ubicación, su facilidad para conectar con Estados Unidos y el hecho de que el inglés sea el idioma oficial. “Estoy seguro de que no será el último centro [en Irlanda]”, ha añadido.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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