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División en la Fed sobre la necesidad de subir tipos en septiembre

El vicepresidente Fischer considera que la economía de EE UU está cerca de una situación de normalidad pero la volatilidad puede trastocar la decisión

Stanley Fischer, vicepresidente de la Reserva Federal, en Jackson Hole
Stanley Fischer, vicepresidente de la Reserva Federal, en Jackson HoleDavid Paul Morris (Bloomberg)

La Reserva Federal va a subir tipos porque le interesa abandonar cuanto antes el 0%. Es algo evidente cuando lo dice el vicepresidente de la autoridad monetaria estadounidense, Stanley Fischer. Pero el segundo de Janet Yellen evita decir en este momento si será en septiembre, en diciembre o si hay que esperar a 2016. Lo único que deja claro es que el encarecimiento del precio del dinero no se llevará muy lejos al principio y que el ajuste será suave.

“Es pronto para decir”, comentó en una entrevista al margen del simposio anual de banqueros centrales que se celebra en Jackson Hole. La opción de que el primer alza de tipos en más de nueve años llegue en septiembre sigue sobre la mesa. Pero Fischer señaló que hubo un “cambio de circunstancias” a raíz de la devaluación del yuan chino que es “relativamente nuevo” y que debe analizarse. "Hay tiempo", repitió.

Stanley Fischer es el encargado, junto a la presidenta Janet Yellen, de forjar el consenso en el seno de la Fed. Los comentarios los hizo nada más despedir las bolsas europeas una semana caótica por el temor sobre la economía en China. Será él quien clausure este sábado los debates a los pies de las Montañas Rocosas, centrados este año en el efecto de la inflación en la política monetaria.

La baja presión del lado de los precios, de hecho, da margen a la Fed para esperar. Sin embargo, los últimos datos certifican que el mercado laboral está cerca de una situación de pleno empleo. “La economía funciona bastante bien, tiene capacidad para absorber desempleo, y eso habrá que reflejarlo en algún momento subiendo tipos”, precisó Fischer, “porque está volviendo a una situación normal”.

El vicepresidente de la Reserva Federal, sin embargo, no se encuentra del todo cómodo en la coyuntura actual. La volatilidad en los mercados, repitió, tiene un impacto en la decisión de subir tipos pese a que considere que el efecto directo de la moderación del crecimiento en China será pequeño en EE UU. “Siempre habrá incertidumbre”, indicó, pero lo relevante ahora es entender sus riesgos.

A favor del alza

El debate en la reunión del 16 y 17 de septiembre será, cuanto menos, intenso a la vista de lo dicho públicamente por los miembros del banco central. Loretta Mester, presidenta de la Fed de Cleveland, no se deja impresionar por las turbulencias. Como indicó también Esther George, de la Fed de Kansas City y anfitriona del simposio, la economía es lo suficientemente “sólida” para aguantar un modesto incremento.

Eso no quita, admitió, que en la próxima cita se evalúen los riesgos asociados a los bandazos y sus causas. Tampoco cambia de postura James Bullard, de St. Louis. “La cuestión es cuánto se deba cambiar la previsión en base a la volatilidad de los últimos diez días y pienso que la respuesta es no mucho”, razona. También hace campaña contra el aplazamiento Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond.

En el extremo opuesto está Narayana Kocherlakota, de Minneapolis. Considera que una decisión a corto plazo para subir tipos “no es apropiada” en este momento de tensión. Teme por el efecto de toda esta tensión en el empleo y la estabilidad de precios. Por eso cree conveniente esperar hasta 2016 e incluso plantea nuevos estímulos. En su campo está Charles Evans, de la Fed de Chicago.

Eso representaría un aplazamiento más prolongado que el sugerido por William Dudley. Aunque el presidente de la Fed de Nueva York opina que la necesidad de subir tipos es ahora menos convincente que hace un mes, sí considera importante que el primer paso hacia la normalización monetaria se de este año. Eso, indicó, servirá para mandar una señal positiva sobre la solidez de la economía.

Difícil de predecir

Janet Yellen, que no participa en los debates de Jackson Hole, dijo en julio ante el Congreso que lo apropiado sería subir los tipos en 2015. Pero eso fue antes de los últimos eventos en el mercado por China. Entre los que tienen dudas para que el paso se de en septiembre está el gobernador Jerome Powell, como Daniel Tarullo. Dennis Lockhart, de la Fed de Atlanta, señala que es difícil de predecir el momento.

La última encuesta interna de la Fed, publicada a final de junio, se decantaba hacia una mayoría favorable a dos subidas este año. Lo único en común en los comentarios es que la Reserva Federal se está jugando mucho en cuanto a su credibilidad, tanto si mueve tipos antes de tiempo o si lo hace más tarde. El dato de empleo de agosto será decisivo para anticipar si septiembre cae o no de la mesa.

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