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Las autoridades de EE UU rechazan la compra de UIL por Iberdrola

El regulador tiene dudas sobre la fortaleza financiera y el servicio de la compañía resultante. Iberdrola quería fusionar su filial estadounidense con la empresa de Connecticut

Las autoridades de Connecticut han rechazado la pretención de Iberdrola de comprar la eléctrica estadounidense UIL. El argumento que dan es que no está clara la estructura, las operaciones y la dirección de la nueva compañía resultante. “El historial de Iberdrola de fusiones y escisiones en la zona se mezcla y no ofrece una imagen consistente de un compromiso fuerte, resistente y dedicado a la distribución local de gas y electricidad”, apunta la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos del pequeño estado de la costa oeste de Estados Unidos.

Iberdrola acordó la compra de UIL el pasado febrero por unos 3.000 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros). La intención de la compañía española era fusionar su filial estadounidense con UIL y que la empresa resultante, de la que el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán iba a tener el 81,5%, cotizara en la Bolsa de Nueva York.

El regulador concluye que la solicitud de Iberdrola y UIL no demuestra que la nueva sociedad vaya a proporcionar un servicio seguro, adecuado y fiable. Tampoco tienen claro las autoridades estadounidenses que la nueva sociedad vaya a ser financieramente adecuada o vaya a tener una gestión adecuada.

“Es posible que con mayor claridad sobre lo que sería la entidad resultante de Connecticut, que comprometiera a su equipo directivo, cómo se protegería financieramente de las vicisitudes de las fuerzas globales y de otras divisas y una conocimiento de las previsiones de Connecticut en los próximos años se pudiera convencer al PURA [la autoridad regulatoria por sus siglas en inglés] de aceptar el cambio de control”, explica la nota del regulador.

“Definitivamente es una sorpresa, pero Connecticut tiene una regulación estricta”, declaró Kit Konolige, analista de Bloomberg, “mi interpretación es que están buscando que Iberdrola ponga más encima de la mesa”.

La operación iba a suponer para Iberdrola un desembolso en metálico de 597,1 millones de dólares (aproximadamente 526,3 millones de euros) y el resto del precio en acciones. La nueva compañía resultado de la fusión de Iberdrola USA y de UIL tendría 3,1 millones de clientes, y supondría la integración de siete eléctricas reguladas que operan en cuatro Estados.

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