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La fiebre del caucho se renueva

La hispano-mexicana Dynasol se refuerza para competir en un mercado al alza

Un trabajador manipula caucho en una fábrica de Pirelli en China.
Un trabajador manipula caucho en una fábrica de Pirelli en China.F. Bedford (Bloomberg)

Repsol, una de las grandes petroleras de Europa, está decidida a convertirse también en uno de los principales productores de caucho sintético del mundo, un producto básico para la fabricación de neumáticos, con base en el butadieno (un derivado del petróleo). Para lograrlo, la compañía ha decidido darle un nuevo y decidido impulso a Dynasol, la empresa mixta hispano-mexicana fundada en 1999 (50% Repsol y 50% del grupo KUO), y a través de la cual ha venido actuando en el mercado mundial del caucho. Los objetivos son muy ambiciosos: entrar en la producción de caucho sintético para neumáticos de altas prestaciones y elevar la capacidad de producción de Dynasol desde las actuales 230.000 toneladas a las 500.000.

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Teniendo en cuenta que la producción actual de caucho sintético está sobre los 14 millones de toneladas y que la mayor parte de los grandes fabricantes son empresas de China, EE UU, Japón, Rusia o Alemania, Repsol se sumaría a partir de este año al pelotón de las primerísimas empresas del sector en la UE. “Nuestro objetivo”, asegura Ignacio Marco, director general de Dynasol, “es situarnos entre los 10 ó 12 primeros productores de caucho sintético del mundo”. La decisión de potenciar la compañía tiene lógica. “El 70% de todo el caucho que se produce en el mundo, natural o sintético, va a la fabricación de neumáticos” explica Marco. “Y, si bien no es probable que en Europa se vayan a consumir muchos más neumáticos en los próximos años, en el resto del mundo, sobre todo en los países emergentes, las ventas de coches y los parques automovilísticos están creciendo a cifras de dos dígitos al año”, añade.

Además, la empresa no va a producir caucho sintético para neumáticos corrientes, sino para productos de alto valor añadido, los llamados neumáticos ‘plurifuncionales”, una decisión que la empresa adoptó ya en el plan estratégico aprobado en 2013. Toda una vuelta de tuerca sobre la actividad habitual de Dynasol. La firma ya producía hace años caucho para neumáticos, pero dejó de hacerlo, según explica el ejecutivo, “porque la competencia era tan intensa que era imposible obtener una rentabilidad adecuada”. Como resultado de esta decisión, Dynasol se dedicó a producir caucho para otros usos: adhesivos y asfalto transformado, en el que es líder mundial. “Es un tipo de asfalto modificado con el caucho” explica Marco, “que mejora sus propiedades, por ejemplo la absorción de agua cuando llueve, lo que incrementa su seguridad”.

La aprobación de una reciente normativa de la Comisión Europea sobre ‘neumáticos verdes’ y la búsqueda constante por parte de los fabricantes de neumáticos de productos con mejores prestaciones es también una oportunidad para los productores de caucho sintético. La bajada de los precios del crudo ha contribuido asimismo a hacer más atractivo este tipo de caucho, cuyo precio también ha descendido, lo que hará que los fabricantes de neumáticos tiendan a utilizar más sintético y menos natural.

De momento, Dynasol empezará su nueva andadura con tres plantas. Una en Santander, aportada por Repsol; otra en Altamira (México), propiedad de KUO; y la tercera en Liaoning (China), construida por Dynasol y que se inaugurará en dos meses. También integrará otras tres plantas ya en funcionamiento, que no solo ampliarán la capacidad sino que aportarán tecnologías adicionales: las de Insa en Altamira (México) y Nanjing (China), ambas de KUO, y la de General Química, de Repsol, en Miranda de Ebro, que produce acelerantes, un aditivo químico que permite la vulcanización (un proceso para endurecer el caucho).

La petrolera española contribuye al proyecto con su dimensión (47.300 millones de euros de ventas en 2014) y sus capacidades de producción e innovación en estos derivados. La aportación de KUO es también notable. El grupo mexicano, presente en sectores como la química o los componentes para el automóvil, está presente en más de 70 países y facturó unos 2.000 millones de dólares el año pasado.

Se espera que el nuevo grupo facture en torno a los 1.000 millones de euros en el 2016. Desde Repsol no descartan ninguna fórmula para conseguir la cifra, incluyendo “la de adquirir otras compañías”. La sede de la empresa estará en Madrid y aunque de momento no se prevé ampliar la plantilla de las dos fábricas de la empresa en España (unas 500 personas, entre empleos directos e indirectos), “en el futuro seguro que se generarán oportunidades que permitirán contratar más gente” asegura Marco.

El único pero en toda esta estrategia es que Repsol y KUO no son los únicos que están apostando por el crecimiento del mercado automovilístico en el mundo y un mayor uso del caucho sintético. Un problema es que hay cada vez más abundancia de caucho natural. Marco reconoce que “hace años se plantaron muchos árboles de caucho en Asia, lo que ha disparado la producción potencial y ha llevado a los precios a la baja”. Y esto no es todo. También en el caucho sintético se ha desatado una auténtica carrera para añadir más capacidad de producción, básicamente en Asia, en China, India, Singapur o Tailandia.

Todo indica que el consumo va a crecer por encima de la oferta a medio plazo. Un estudio de International Rubber Study Group señala que el consumo de caucho, natural y sintético, subirá los próximos cinco años un 18%, de 29 a 34,5 millones de toneladas, sobre todo por el tirón de los neumáticos. Por ejemplo, en México, uno de los principales mercados de Dynasol, las ventas de neumáticos para coches subirán, según Frost & Sullivan, de 22,7 millones el año pasado a 32 millones en el 2019. Pero es que, además, subraya Marco, su estrategia no es el corto plazo: “Ya sabemos que habrá años mejores y años peores, pero este es un mercado que, indudablemente, va a más y en el que tenemos que estar”.

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