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Guindos y Dijsselbloem lanzan sus candidaturas para el Eurogrupo

España subraya que tiene “apoyos y buenas posibilidades”

Claudi Pérez
El ministro Luis de Guindos habla a la prensa en Riga.
El ministro Luis de Guindos habla a la prensa en Riga.INTS KALNINS (REUTERS)

España y Holanda han aprovechado las reuniones informales de ministros en Riga (Letonia) para lanzar sus candidaturas a presidir el Eurogrupo. No hay aún nada oficial. Pero el ministro español, Luis de Guindos, se ha visto con varias delegaciones en los aledaños de esa cita, entre ellas la francesa, para granjearse apoyos. Guindos venía insinuando desde hace tiempo esa posibilidad, pero ayer dejó claro que va a por todas: “España tiene buenas posibilidades; tiene apoyos. Y merece más reconocimiento tras pasar en los dos últimos años de ser un problema a crecer el doble que la eurozona”.

Fuentes del Ministerio dan por hecho que el puesto se negoció el verano pasado al más alto nivel, y que España cuenta con el apoyo de Berlín, París y Roma; aunque ninguna de esas capitales se ha pronunciado recientemente al respecto. Las mismas fuentes sugieren que, finalmente, el actual presidente, el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, no se presentará a la reelección. Dijsselbloem aseguró a este periódico, a través de un portavoz, que sigue en la carrera.

La decisión final se negociará a lo largo del mes de mayo, en medio de la presión que supone el interminable lío sobre Grecia, y podría tomarse definitivamente en la cumbre de junio para después proceder al voto formal (por mayoría simple) en el Eurogrupo. El mandato de Dijsselbloem expira en julio. Con ese calendario, y con elecciones generales a final de año en España y en 2017 en Holanda, esa silla se ha convertido ya en una enconada batalla diplomática entre la cuarta y la quinta economías del euro.

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Holanda cuenta con la baza de que la opinión sobre Dijsselbloem ha mejorado tras un arranque desastroso, con un rescate a Chipre plagado de errores que ha podido subsanar después con la notable negociación sobre la unión bancaria y llevando las riendas en el asunto griego. España ha sacado su vena reivindicativa —ha perdido peso político a espuertas desde que empezó la crisis en Bruselas y en Fráncfort—, pero sobre todo jugará la baza del rescate exitoso de la banca. Y de una recuperación económica rumbosa, manchada con algún que otro borrón considerable: la tasa de paro, las cuentas públicas. “España era la gran preocupación de la eurozona hace dos años y ahora es un ejemplo de reformas y seriedad”, destacó un Guindos casi metido en campaña ante la prensa.

El ministro español ha medido en Riga sus posibilidades con el francés Michel Sapin y con el comisario Pierre Moscovici. Poco antes, en Washington, se vio con las delegaciones alemana e italiana. Y en unas semanas tiene previsto visitar Berlín, París y Roma, cuyos votos serán clave, como lo son siempre en todo. La canciller Angela Merkel dio su apoyo explícito a Guindos en verano, y la delegación alemana en Bruselas mantiene esa posición, aunque expresa matices en función de la incertidumbre electoral. Fuentes de Madrid apuntan que tanto el italiano Matteo Renzi como el francés François Hollande se comprometieron con España hace unos meses, cuando los Veintiocho se repartieron las principales sillas en las instituciones, aunque en público esas dos delegaciones mantienen un ambiguo silencio.

¿‘Plan B’ para Grecia?

C. P.

“No creas nada hasta que sea oficialmente desmentido”, aconsejaba el periodista británico Claud Cockburn. Tanto el presidente del Eurogrupo, Jeoren Dijsselbloem, como varios ministros de la eurozona han desmentido con sospechosa frecuencia en los dos últimos días que exista un plan B para Grecia: una salida del euro o un impago dentro del euro.

Pero el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, insinuó ayer en Riga que algo de eso hay. Cuestionado por los planes de contingencia en un encuentro con periodistas tras la tensa sesión del viernes —con una monumental bronca al ministro griego Yanis Varoufakis—, Schäuble dio a entender que ante una pregunta directa sobre ese asunto “un político responsable solo puede responder que no”, pero inmediatamente añadió que antes de la reunificación de Alemania, tras la caída del Muro de Berlín, “cuando a los ministros nos preguntaban si había planes para la reunificación también contestábamos que eso era una completa locura”, según Reuters.

Las instituciones europeas trabajan en planes de ese estilo por si en ese paseo por el alambre Grecia termina declarando un impago, que incluiría, según las fuentes consultadas, controles de capital y una nacionalización inmediata de las filiales de los bancos griegos en Bulgaria y Rumania, entre otros aspectos. Esa, y la versión de Schäuble, es la posición oficiosa. El ministro francés Michel Sapin resumió ayer la perfección la explicación oficial: “Hablemos del plan A, porque no hay plan B, C, D o E”.

Dijsselbloem ha iniciado también una ronda de contactos informales, según su equipo. Holanda aduce que Dijsselbloem permite guardar un cierto equilibrio entre las dos grandes familias políticas europeas: si Guindos se hace con el puesto, cuando el presidente del Parlamento, Martin Schulz, ceda su puesto dentro de un año y medio al centroizquierda solo le quedará la jefa de la diplomacia, Federica Mogherini. Con Guindos, los conservadores acapararían las presidencias de la Comisión, el Consejo, la Eurocámara y el Eurogrupo. “Quizá eso no sea tan fácil para Renzi y Hollande”, explican fuentes diplomáticas.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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