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La economía española acelera y crece el 0,8% en el arranque de 2015

El Banco de España eleva la previsión de aumento del PIB al 2,8% para este año y al 2,7% para el próximo

Jesús Sérvulo González
Fachada de la sede del Banco de España.
Fachada de la sede del Banco de España.EFE

La economía española está cogiendo músculo. El producto interior bruto (PIB) —el mejor indicador para analizar la fortaleza de una economía— aceleró hasta el 0,8% entre enero y marzo de 2015 si se compara con el último trimestre de 2014, según el último Boletín del Banco de España difundido ayer. Este dato se corresponde con una tasa de crecimiento interanual del 2,5%. Sin embargo, el regulador bancario pronostica un avance del 2,8% al final de este año porque considera que la actividad seguirá tomando impulso a lo largo del ejercicio. Estas nuevas previsiones mejoran en ocho décimas los anteriores cálculos que difundió el supervisor hace solo tres meses.

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La inyección de vitaminas al caudal sanguíneo de la economía suministrada por la caída del precio del petróleo —se abarató un 50% en los últimos doce meses—, la depreciación del euro —ha perdido un 20% de su valor en los últimos seis meses— y las medidas de liquidez adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), que ha activado la compra de deuda pública y privada, está siendo determinante para que la actividad cobre agilidad.

El Banco de España prolonga sus proyecciones hasta 2016 cuando estima una mejora de la actividad del 2,7%, una décima menos que este año, porque espera que se produzca un ligero encarecimiento del precio del petróleo.

Esta previsión más optimista del supervisor está sustentada en "el comportamiento más favorable del PIB al cierre de 2014 y al inicio de 2015". La institución explica que fundamenta sus nuevos pronósticos en "el progresivo avance en la corrección de los desequilibrios de los últimos años y en la mejora del entorno macrofinanciero de la economía española". Traducido a román paladino significa que una parte del progreso de la actividad se debe a los recortes de gasto y subidas de impuestos de las comunidades autónomas y la reforma laboral y del sistema financiero. Las consecuencias más evidentes de estas reformas consisten en una reducción del déficit público, bajada de los costes laborales y un aumento del crédito a las empresas.

Pero la institución también justifica la mejora de sus previsiones por la reducción del precio del crudo, "lo que se traduce en un impulso de la renta de los hogares". Se estima que la caída de los combustibles ahorrará unos 20.000 millones a la economía española. La depreciación del tipo de cambio del euro también aporta tracción a la actividad porque vigoriza las exportaciones. Ambos efectos contribuyen a relajar los costes de producción de las empresas.

El supervisor no olvida valorar el efecto de la reforma fiscal del Gobierno que desde enero está suponiendo una rebaja del IRPF y en sociedades. "Dejará sentir su impacto positivo con mayor intensidad en 2015", señala el informe.

El informe constata que los efectos de la crisis aún no se han disipado

El Banco de España pone especial énfasis a "las medidas de política monetaria adoptadas recientemente por el BCE —y, en particular, los distintos programas de compras de activos—, que apoyarán asimismo el crecimiento del producto a lo largo del horizonte de proyección".

A pesar de que todas estas circunstancias empujan a la economía a un escenario optimista, el regulador recuerda que "el impacto de la profundidad de la crisis sobre la situación económica y financiera de hogares, empresas y Administraciones Públicas no se ha disipado plenamente".

El Boletín Económico analiza también los componentes de la demanda interna. En este punto anticipa una expansión del consumo de los hogares gracias a la creación de empleo y a la rebaja del impuesto sobre la renta que deja más recursos en los bolsillos de las familias.

La remuneración de los asalariados seguirá congelada en 2015

Advierte, asimismo, que en 2016 el consumo privado se verá atenuado por un "modesto encarecimiento del petróleo". Por esta circunstancia espera que el próximo año las familias y empresas aumenten su gasto a un menor ritmo, "a pesar de que los hogares tenderán a suavizar su patrón temporal de gasto ajustando su tasa de ahorro".

Respecto al empleo, el supervisor considera que el aumento de la ocupación permitirá que la tasa de paro siga contrayéndose a un ritmo superior a 2014, hasta situarse en el entorno del 20% a lo largo de 2016. Como contrapartida, la remuneración por asalariado será en 2015 similar a la registrada el año pasado cuando cayó un 0,2%. En 2016, se espera un repunte hasta una tasa ligeramente inferior al 1%.

Otro de los aspectos clave de la recuperación se manifiesta en la evolución de la compra de viviendas. El supervisor calcula que la inversión residencial crezca un 4,2% en 2015 y un 6,6% en 2016. Este impulso del sector inmobiliario se basa en un "fortalecimiento de la demanda" y en la reducción del stock de viviendas vacías.

Las Administraciones públicas reducen el déficit en 2014

El Banco de España da por sentado que las Administraciones Públicas habrían conseguido reducir el déficit público durante el año pasado al límite marcado por Bruselas, en el 5,5% del PIB. Aunque el dato de cierre aún no se ha publicado —lo avanzará hoy el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Consejo de Ministros—, el supervisor estima que con las cifras provisionales conocidas hasta ahora se cumplirá con la meta presupuestaria.

"Se espera una corrección adicional del déficit de las Administraciones, desde el nivel del 5,5% del PIB en el que podría terminar en 2014 según la estimación provisional", señala el Boletín Económico del Banco de España.

El agujero presupuestario de la Administración central, las comunidades autónomas y la Seguridad Social ascendió hasta noviembre al 4,69% del PIB, según los últimos datos oficiales divulgados por Hacienda. Aunque el último mes del año suele ser pésimo para el control del déficit hay que tener en cuenta que esta cifra no incluye el superávit que registrarán los Ayuntamientos —casi medio punto del PIB, como el año anterior—, lo que podría compensar la desviación adicional que la Seguridad Social registra con la paga extra de diciembre.

No obstante, el cumplimiento difiere entre las diferentes Administraciones. Las comunidades, por ejemplo, serán las más incumplidoras. En función de los últimos datos disponibles hasta noviembre, al menos 10 de las 17 autonomías sobrepasarán el tope marcado por la Comisión Europea. Y en su conjunto apenas reducirán el desfase presupuestario sobre 2013 cuando cerraron con números rojos del 1,52% del PIB.

Por el contrario, el Estado cumplirá este año porque se ha beneficiado de los vientos revitalizadores que soplan sobre la economía. Esto le ha permitido reducir los gastos financieros, y algunas prestaciones sociales.

El director de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal, sugirió el miércoles en una entrevista a Bloomberg que el déficit de 2014 podría desviarse unas décimas. "Nos movemos en unas pocas décimas de un punto porcentual, así que se puede considerar que hemos cumplido", señaló.

El regulador pronostica que en 2015 será difícil seguir reduciendo los números rojos de las Administraciones públicas al ritmo marcado por Bruselas. "El déficit seguirá su corrección hasta situarse en el 4,5% (el objetivo es el 4,2%) y en el 3,9% (la meta es el 2,8%) del PIB en 2015 y 2016, respectivamente". De esta forma, el regulador bancario expresa sus dudas sobre que las Administraciones públicas puedan seguir reduciendo el déficit al ritmo marcado por Bruselas durante 2015 y 2016. El supervisor achaca esta desviación a una proyección menos dinámica de los ingresos y la falta de concreción de los planes presupuestarios para 2016.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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