Málaga acoge el centro de tutela de bienes culturales
La Junta de Andalucía aportó ayer una nueva herramienta para la conservación y seguimiento de los bienes culturales más preciados de la comunidad. El nuevo Centro de Bienes Culturales y Patrimonio Mundial, inaugurado ayer en Málaga, tendrá entre sus funciones la tutela científica de los bienes declarados patrimonio mundial en Andalucía, además de ser sede de un gabinete sobre el arte rupestre que colaborará con la Unesco.
Este organismo dependiente del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) se ubicará temporalmente en un edificio del denominado Palmeral de las Sorpresas, en el puerto de Málaga, hasta que concluya la rehabilitción del antiguo convento de la Trinidad, que será su sede definitiva. El consejero de Cultura, Paulino Plata, anunció en la inauguración que el nuevo centro será la sede permanente del Consejo Andaluz de Patrimonio Histórico, el máximo órgano consultivo de la comunidad, que se reforzará con la incorporación de los alcaldes de las ciudades con bienes declarados como patrimonio mundial y representantes de universidades y de fundaciones culturales. Además, incorporará un laboratorio de políticas públicas de bienes culturales y otro de patrimonio mundial, para "gestionar de manera integral todas las políticas de protección de los bienes inscritos en la lista de la Unesco".
Plata recordó que Andalucía tiene seis bienes inscritos, el centro histórico de Córdoba; la Alhambra, el Generalife y el Albaicín de Granada; la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias de Sevilla; el Parque Nacional de Doñana; los conjuntos monumentales renacentistas de Ubeda y Baeza, y, junto a otras comunidades, el arte rupestre del arco mediterráneo de la península Ibérica.
Estos laboratorios prestarán ayudas a los bienes que se quieran inscribir, ya que "las exigencias de la Unesco son cada vez mayores, no siempre los esfuerzos van bien encaminados y, a veces, los expedientes no han tenido buenos resultados". Esta nueva institución acogerá además un centro de referencia sobre arte rupestre que colaborará con la Unesco y que compartirá en España su sede con las de Altamira y la del Instituto Español de Patrimonio Histórico.
Para el futuro se prevé instalar en Málaga una "escuela de altos estudios sobre patrimonio mundial", con el objetivo de prestar "una formación especializada, generar investigación y transferir conocimiento" en esta materia, según el consejero.
