Vuelven las 'Historias de la radio'
Hace muy poco volví a ver la entrañable película de J. L. Sáenz de Heredia Historias de la radio (1955). Recuerden: en la primera historia, dos inventores de un pistón tienen que recurrir a un concurso de radio para poder financiar su invento (¡impagable Pepe Isbert vestido de esquimal con trineo!); y en el último episodio, el maestro de un pueblo debe acudir al mismo procedimiento para poder pagar el viaje a Estocolmo de un niño aquejado de una enfermedad incurable, que espera ser operado en aquella ciudad. Cuando, congregadas las fuerzas vivas del pueblo para encontrar la manera de reunir el dinero, uno de los reunidos sugiere la intervención del Estado, la respuesta del alcalde es inequívoca: "El Estado está para otras cosas, para hacer carreteras y pantanos...".
El extraordinario caso de la científica contratada de nuevo en un centro de investigación de Valencia con dinero procedente de la venta de camisetas, de meriendas y de huchas solidarias recuerda aquella terrible España de hace casi 60 años. Por tanto, a la vista de los inadmisibles recortes en I+D+i, ya sabéis, científicos, cuál es el camino: acudid masivamente a todos los concursos que organicen la radio y la televisión para financiar vuestras investigaciones y... "¡Que inventen ellos!".- Manuel Sánchez Martínez. Profesor de Investigación del CSIC. Barcelona.
Siento una mezcla entre bochorno y vergüenza ajena al contemplar cómo con gran esfuerzo familias modestas consiguen mantener viva una pequeña señal de esperanza para que se continúe investigando en nuestro país, mientras organismos públicos recortan líneas de I+D punteras y fundamentales para nuestro desarrollo.
Si ellas encuentran recursos con imaginación y tesón, ¿por qué no puede aplicar el Gobierno el mismo sistema en época de vacas flacas? Me sorprende y desalienta.-Paloma González.
