Yo era artista, ahora soy político
Quien se haya subido alguna vez a un escenario conoce perfectamente el efecto subidón de adrenalina que produce el enfrentarse al público. El poder adictivo que produce el miedo escénico conquista a músicos y actores y es posible que a los políticos les ocurra algo parecido, aunque el carácter y el objetivo de sus trabajos sea muy diferente.