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El área metropolitana, asignatura pendiente de Convergència i Unió

La primera corona opta por el PP antes que por la federación nacionalista

Tras siete años de travesía del desierto, Convergència i Unió (CiU) ha arrasado con todo: venció las autonómicas en noviembre de 2010 y logró un hito que nunca antes había alcanzado: la victoria en las municipales y en las generales. Sin embargo, hay un territorio que se resiste a la oleada nacionalista: la primera corona metropolitana de Barcelona no sucumbe a los cantos de sirena de CiU. Pese a que el partido nacionalista registra un notable crecimiento en este ciclo electoral, el aumento en los grandes municipios que rodean la capital no alcanza, ni de lejos, los registros que la formación que dirige Artur Mas obtiene en el resto de Cataluña.

Tras ganar por primera vez en la historia unas elecciones generales, el candidato de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, puso la señal de alarma sobre esta zona: "El área metropolitana continúa siendo una asignatura pendiente, pero el nacionalismo debe superarla si quiere conducir el país cohesionado a hitos nacionales superiores", destacó Duran. La provincia de Barcelona no sucumbió al auge de su formación y quedó marcada en rojo, el color del Partit dels Socialistes, que, pese a un batacazo de grandes dimensiones (perdió 600.000 votos), consigue mantener su hegemonía gracias a la primera corona.

El resultado es prácticamente idéntico en Sant Adrià de Besòs, Badalona, L'Hospitalet de Llobregat, Sant Joan Despí, Esplugues, Sant Boi, El Prat, Viladecans, Gavà, Cerdanyola del Vallès, Barberà, Ripollet y Montcada i Reixac. En todos estos municipios, que concentran un gran núcleo de población, el PSC venció las elecciones; segundo fue el Partido Popular y tercero, en una horquilla de entre el 15% y el 20% de los votos, CiU. También fue tercera CiU en Castelldefels, donde el PP, que ocupa la alcaldía del municipio, superó al PSC. Los nacionalistas tuvieron aún peor resultado en Cornellà y Santa Coloma de Gramenet: en ambas localidades fue la cuarta formación en número de votos, por detrás del PSC, el PP e Iniciativa.

Duran apremió a la dirección nacionalista a hacer un esfuerzo para que la voz de CiU también se oiga en estas localidades, donde el desencanto con el PSC ha beneficiado al PP. Es el siguiente reto, tras haber logrado una tripleta en el ciclo electoral que acabó el 20-N. Un trabajo que tiene doble eje: estrategia nacional y local. "En el área metropolitana hay que monitorizar mucho más el trabajo de las agrupaciones locales. El partido debe estar más encima, nos lo debemos tomar como un reto", esgrime Ferran Falcó, diputado y edil de CiU en Badalona.Ferran Falcó plantea las diferencias entre las elecciones autonómicas, las generales y las locales. En los comicios catalanes, CiU logró la segunda plaza en la mayoría de las localidades, hecho que Falcó atribuye al dualismo del voto catalán: "En las generales la gente escogía entre el PP y el PSOE, y en las catalanas, entre nosotros y el tripartito. En las elecciones españolas siempre habrá un problema de posicionamiento político". Duran intentó mitigarlo con el pacto fiscal, una promesa que le funcionó en Cataluña, pero no en la primera corona.

"De momento, tenemos un techo electoral marcado", expone Jordi Rosell, edil de CiU en Cornellà de Llobregat. Rosell cree que si CiU no aumenta en el área metropolitana es por la "composición sociológica" de la zona: municipios que crecieron con la inmigración llegada desde el resto de España. El objetivo, en estas localidades, es que CiU parezca una opción útil más allá del sentimiento nacionalista: "La línea que seguir es buscar el beneficio final del ciudadano, independientemente de dónde nació o qué lengua usa. Es un mensaje bastante aceptado: con la proximidad y el pragmatismo podemos ganar", expone Carles Combarro, responsable de CiU en Santa Coloma de Gramenet. En este municipio, los nacionalistas quedaron cuartos en las autonómicas y sextos en las municipales

Los responsables nacionalistas creen que la fórmula debe ser doble. Por una parte, una estrategia nacional que pueda encandilar a los votantes no nacionalistas, tal como se intentó con el pacto fiscal, una cuestión de cartera y no de identidad; por otra, un plan local para convencer desde los barrios a los votantes de cada ciudad.

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"El mapa se está moviendo", asegura Meritxell Borràs, edil de CiU en L'Hospitalet de Llobregat. Borràs cita como ejemplo el segundo municipio de Cataluña, donde el PSC perdió la mayoría absoluta. "Parecía imposible. Corren aires a favor nuestro y debemos saber aprovecharlo", sostiene Borràs.

CiU tiene una oportunidad de oro para que cale su mensaje en estos municipios. Goza de la mayor cota de poder y dirige una institución clave para cosechar apoyos en las localidades: la Diputación de Barcelona. En estas elecciones generales, la diferencia de votos con el PSC en la provincia de Barcelona fue de 16.446. Solo en L'Hospitalet de Llobregat perdió 27.000 sufragios. Lograr el reto de ser una formación hegemónica también en las grandes ciudades metropolitanas puede suponer grandes réditos para CiU. Tras vencer en todos los comicios, esa es la gran asignatura pendiente de los nacionalistas.

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