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ELECCIONES 2011 | Los mítines

Duran busca ahora el apoyo de los catalanes de origen andaluz

El candidato niega voluntad de ofender a los perceptores del PER

En su afán para tensionar al electorado nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, el candidato de Convergència i Unió (CiU), se pasó de frenada durante la precampaña y ayer hizo un amago de rectificación para resarcir a los ofendidos. El candidato se había granjeado la antipatía de extremeños y andaluces al asegurar que los receptores del Plan de Empleo Rural (PER) cobraban para pasarse "el día en el bar". En la campaña hay que cuidar a todos los votantes, incluidos los 800.000 andaluces y extremeños que viven en Cataluña, según el censo. Por esta razón, Duran se esforzó ayer a hacerse perdonar en un acto ante representantes de las casas regionales afincadas en la comunidad.

El democristiano olvidó la dureza con la que encaró la precampaña y usó un tono marcadamente pedagógico para hablar del PER. Por si acaso, midió su intervención con tiralíneas: "Nunca he faltado al respeto a los ciudadanos andaluces y extremeños. Tengo un gran respeto hacia ellos", se jactó. Para hacer olvidar sus críticas al PER, empezó loando el esfuerzo de los catalanes llegados de otras partes de España. Y llegó la expiación, para la que citó a algunas entidades presentes: "La Federación de Casas Regionales, la Casa de Andalucía de Barcelona, la Casa García Prieto... de ninguna de las maneras podíais imaginar que yo quisiera faltar al respeto a nadie. Solo quise denunciar un tipo de subvenciones con las que no estoy de acuerdo", se defendió.

El democristiano garantiza la solidaridad catalana pese al concierto

El público bendijo sus explicaciones con un aplauso, pero la sombra del PER le perseguirá toda la campaña. El expresidente Felipe González le respondió el viernes asegurando que, pese a ser andaluz, trabajaba "20 horas más que él". Duran entró al trapo: "Si trabaja 20 horas más que yo, ahora entiendo quién está detrás de Zapatero y ha llevado a la ruina este país", dijo Duran, que acusó a González de "hacer un mal uso de la cultura del subsidio".

Pasado el mal trago, Duran pudo dedicarse a su objetivo: convencer a los votantes no nacionalistas de que el pacto fiscal es una reclamación buena para todos los catalanes, sean o no nacionalistas. El democristiano apeló con delicadeza a los agravios de Cataluña con el resto de España e intentó convencer de que, aunque Cataluña logre el concierto económico, seguirá siendo solidaria.

Duran, con integrantes de casas regionales en Barcelona.
Duran, con integrantes de casas regionales en Barcelona.CARLES RIBAS
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