La crisis del euro
| La incertidumbre política en Grecia
La enésima manifestación que los funcionarios habían convocado ayer arrancó medio muerta. El sindicato Adedy había citado a los suyos en la plaza Klafthmonos para marchar hasta la de Sintagma, epicentro de las protestas en Grecia. Pero a la hora señalada, las seis de la tarde, solo un puñado de sindicalistas sujetaba una larga pancarta contra los recortes.
Evánguelos Venizelos, el ministro griego de Finanzas, lideró ayer la revuelta del Gobierno contra Yorgos Papandreu. Convenció al poner una fecha sobre la mesa: Grecia necesita el sexto tramo del primer rescate financiero, los 8.000 millones de euros, antes del 15 de diciembre. El 11 debe afrontar un vencimiento de deuda de 12.000 millones y no los tiene.
La reacción de los líderes europeos
Nunca un ausente había protagonizado de forma tan destacada una cita internacional como el primer ministro griego la cumbre del G-20. Yorgos Papandreu pasó solo unas horas por Cannes (Francia) el miércoles por la noche, para recibir las admoniciones de Nicolas Sarkozy, y de Angela Merkel, pero ayer todos estaban pendientes de su intervención ante el Parlamento griego.
Las medidas de política monetaria
En su estreno ante una sala de prensa abarrotada. Dos días después de ser nombrado. Tras presidir su primer consejo de gobierno. Y contra todo pronóstico. El nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, rompió ayer los esquemas de los expertos, de los periodistas, de augures y, en fin, las expectativas de los mercados.
El impacto en los mercados
La coordinación internacional
Se retrasa la conferencia de prensa. Se retrasa otra vez. Y otra. Habrá declaración oficial. Habrá un comunicado. No habrá nada. Los dirigentes europeos cancelan intervenciones programadas hace meses. A cambio, se meten en reuniones que improvisan en horas, que llevan al límite la agenda.
El empleo sumergido se resiste a salir a la luz. El plan extraordinario del Gobierno para aflorar el trabajo que escapa al control de la Seguridad Social apenas ha logrado sacar a la luz unos 3.000 empleos. Si en junio y julio de 2010 se dieron unas 29.500 altas fuera de plazo en la Seguridad Social, este año la cifra ha sido de 32.527, apenas un 10% más.