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Reportaje:

Las lenguas pueden esperar

Decenas de miles de personas se quedan sin plaza en las escuelas oficiales de idiomas - La demanda, que aumenta por la crisis, choca contra los recortes

Elisa Silió

Las 308 escuelas oficiales de idiomas que hay en toda España ofertaron el pasado curso 395.000 plazas de clases presenciales, según el Ministerio de Educación. Una cifra que dejó a miles de personas fuera. La desproporción siempre ha existido, pero se han batido récords. En Madrid, se calcula que un 37% de los preinscritos no recibe clase. Tampoco 1.500 desafortunados en Ciudad Real, 1.500 en Logroño... La crisis económica, que ha dejado a mucha gente en el paro y que quiere aprovechar para mejorar su currículo, junto a su bajo precio (en la mayoría de los casos no llega al euro la hora) combinado con una buena calidad de la enseñanza han provocado una avalancha de solicitudes a la que no se ha podido atender.

En Madrid se ha quedado fuera un 37% de los solicitantes
Los idiomas minoritarios están en peligro, dice una docente valenciana

Este desbordamiento coincide con un recorte de medios en algunas regiones. Las complicaciones derivaron, en opinión de Pilar Díaz, presidenta de la federación de asociaciones de profesores, de un decreto del ministerio de 2006 tan flexible, que no hay una gestión común. La oferta de Árabe supone ocho cursos en Madrid, frente a cinco en Andalucía, por ejemplo. Y los certificados no se convalidan entre comunidades; cada Gobierno autónomo gestiona el tijeretazo como quiere.

En Madrid y Castilla La-Mancha los docentes tienen que impartir las conflictivas 20 horas semanales, dos horas más que antes. Fueron llamados a la huelga con amplia respuesta en el caso de los madrileños.

En las grandes escuelas manchegas se han abierto grupos nuevos -bendecidos por la alta demanda- y se han suprimido las clases de los viernes alternos. "Tenemos que dar cinco horas consecutivas. Antes me daba miedo aburrir, ahora mi salud. No hay que mandar callar, pero la gente formada te exige mucho", sostiene Elena Montalvo, presidenta de la asociación castellano manchega. "Ha habido un gran derroche en el pasado: nos regalaron un ordenador a cada uno, nos concentraron a 30 durante días en un hotel para corregir exámenes. Hay compañeros a quienes aún deben 2.000 euros" En los centros más pequeños, en las dos horas refuerzan a quienes suspendieron el certificado.

En Madrid, las 20 horas han mandado a las listas del paro a 50 personas que terminarán siendo 35 con las sustituciones, según los profesores, y también se han eliminado las clases alternas de los viernes. Salvo en la escuela central de la calle Jesús Maestro -con ocho profesionales menos, de los 13 previstos- que ha conseguido mantenerlas. En este centro las dos horas se dedicarán a ayuda suplementaria. "Era inviable en una escuela con 10.000 alumnos y 22 idiomas. Hubiese supuesto la desaparición de niveles de lenguas minoritarias (danés, ruso, catalán o euskera), porque hay solo dos profesores, uno interino. Por ejemplo, un profesor de ruso que enseña desde hace 20 años solo trabaja media jornada. Y políticamente no conviene dejar de dar clase de las lenguas cooficiales", argumenta Díaz.

Por su parte, la consejería, sin datos definitivos, ha asegurado que "en función de las necesidades específicas de cada centro se contratará a los interinos que sean necesarios", pues "en estas semanas se están cuadrando sus horarios y plantillas".

En Asturias, las clases se redujeron el año pasado, de media, una hora semanal, dependiendo del nivel. Hubo movilizaciones y al final consiguieron que se abriesen grupos nuevos, aunque no se alcanzasen los 30 estudiantes, como proponía la consejería. De resultas, muchos interinos perdieron su trabajo y hubo que improvisar una convocatoria extra de pruebas de certificación de nivel porque, a falta de correctores. mucha gente no había podido examinarse. Los interinos intentan ahora sobrevivir con sustituciones.

En Cataluña, pese a la tijera reina el entendimiento. Comenzaron a negociar en mayo y acordaron 19 horas semanales que cada escuela administra: tutorías, cursos monográficos... La plantilla se ha respetado y aunque el presupuesto en mantenimiento ha bajado un 10%, capean el temporal. "Hay una cuota voluntaria anual de 30 euros que paga el 98% del alumnado en la Barcelona-Drassanes. Eso permite tener actividades culturales, más pizarras digitales...", cuenta Terencio Simón, su presidente. Gracias a esta buena disposición impartirán clases de nivel C -el máximo del marco europeo, ahora en manos privadas- de cuatro idiomas reduciendo los niveles más bajos.

Las horas no son el problema en la Comunidad Valenciana, sino la alarmante falta de recursos. "En Alzira, por ejemplo, querían matricularse de intermedio I 900 personas y había 200 plazas. O de alemán, 300 para 70. Sufren sobre todo las lenguas minoritarias, que no les parecen rentables y pueden desaparecer", cuenta Presen Martínez, su presidenta, que añade también que han aumentado el número de alumnos por clase. Algo que ha ocurrido en Canarias, donde ya no se imparten los cursos superiores de árabe y ruso y el japonés se ha fulminado.

Los docentes han cubierto la sede central de la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid de carteles contra los recortes.
Los docentes han cubierto la sede central de la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid de carteles contra los recortes.CARLOS ROSILLO

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.
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