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Reportaje:

Benidorm: Rock and roll de rompe y rasga

El Turborock celebra su segunda edición con Matthew Sweet y D Generation

No cabe duda de que la de Benidorm es la cita prioritaria del verano para todos aquellos que comulguen con el rock and roll de guitarras de toda la vida. Alejado de los lugares comunes que han marcado la mayoría de festivales estivales de nuestras latitudes, cuyas programaciones tienen un patrón tan similar que casi parecen contratar a las bandas al peso, el TurboRock perfila este viernes y sábado un cartel de bandas internacionales de indudable interés, marcadas por una fidelidad a los cánones de los géneros que esgrimen (punk rock, power pop, surf rock, blues rock) que hace que sea la suya la oferta más adulta de entre todas las que ahora mismo pueblan nuestra apretada agenda.

Una cita prioritaria para todos los que comulguen con las guitarras de siempre

Tras una primera edición, el pasado año, que tuvo lugar en la sala Spook de Valencia (conjuntamente con Santander), el festival repite su carácter simultáneo con la capital cántabra, pero en esta ocasión su manga valenciana se desplaza a la discoteca KM de Benidorm, un recinto que ya ha ratificado su idoneidad para esta clase de festivales tras un par de concurridas ediciones del Low Cost. El hecho de que sus fechas también se desplacen de finales de septiembre a principios de mes, para meterlas casi con calzador en el verano, certifica que el certamen apuesta por aprovechar ese factor de sinergia con otras citas vecinas en el calendario como vía de crecimiento.

Si algo no faltará este fin de semana son adalides de esos géneros ya mentados. Es el caso de Matthew Sweet, figura totémica del power pop de las últimas dos décadas, quien anda inmerso en una gira de recuperación nostálgica de su fabuloso Girlfriend (91), el disco que le puso en el mapa de los connaisseurs del género, mucho antes de meterse por vericuetos más abigarrados y de embarcarse en discos de versiones junto a Susanna Hoffs (Bangles). Modern Art es su último disco, del que también caerá algún tema. La otra concesión nostálgica, no exenta de cierta (y justa) reivindicación, es la presencia de los extintos D Generation, la banda de un Jesse Malin que hace doblete (también actúa junto a St. Marks Social), que viene a reclamar su pequeño lugar en una historia que, bajo la marea grunge y filo alternativa de los primeros 90, sepultó las bondades de su áspera y cruda forma de entender el rock, deudora de New York Dolls. Habrá, de todos modos, tiempo para bandas de presencia más asidua en nuestros escenarios. Tiempo para volver a disfrutar del soul rock de los volcánicos The Bellrays, del punk rock de primera generación de los legendarios Buzzcocks o de las inmaculadas melodías de Nada Surf o Gigolo Aunts. Un cartel de tan marcado acento americano en el que tampoco desentonan ni la presencia de los históricos The Del Lords (estandartes del Nuevo Rock Americano de los 80) ni el surf rock de Man Or Astroman, ni el country alternativo de los canadienses The Sadies. Ni siquiera la de los resucitados Urge Overkill, cuyo rescate del baúl de los recuerdos de los 90 cualquiera podría fácilmente adjudicar a aquella célebre versión de Neil Diamond (Girl You'll Be a Woman Soon) aupada a la popularidad por su inclusión en Pulp Fiction. La oferta del TurboRock se completa con bandas nacionales como Layabouts, The Tormentos, Los Derrumbes, Nu Niles e incluso posibles revelaciones como los norteamericanos Slim Cessna's Auto Club.

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