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Crónica:Cultura urbana
Crónica
Texto informativo con interpretación

Londres reclama sus calles de manera pacífica

Notting Hill clausura sin incidentes un carnaval marcado por los últimos pillajes

Se temía que el bullicio del carnaval ejerciera como catalizador para nuevos disturbios. Los comerciantes de Notting Hill se prepararon cubriendo los escaparates con tablones y el domingo y el lunes hubo una presencia policial mayor que en la boda real. Pero los londinenses, aún conmocionados por la oleada de violencia callejera y pillaje vivida hace apenas tres semanas, hicieron gala de su famosa resistencia. Y se empeñaron en reclamar las calles de manera pacífica. De paso, demostraron al mundo que a menos de un año de los Juegos Olímpicos, son capaces de organizar grandes eventos sin que se les vayan de las manos.

Durante dos días, el oeste de la ciudad se dejó llevar en una de esas contadas ocasiones en la que Londres se desmelena. Los policías se pintan la cara, diferentes generaciones se juntan para bailar y beber cerveza jamaicana y los sound systems se saltan las normas sobre contaminación acústica. Se trata del mayor festival callejero de Europa, una celebración de la cultura afrocaribeña que reúne a un millón de personas.

La música se silenció sin incidentes antes de la hora habitual y según los últimos datos se registró un menor número de detenciones que en años anteriores. Los organizadores han declarado eufóricos que se trata de una de las mejores ediciones. En las claves de este triunfo no se ha de subestimar la presencia de los 6.500 policías, que podían registrar a ciudadanos en busca de armas y sustancias ilegales.

Uno de los desfiles del carnaval de Notting Hill.
Uno de los desfiles del carnaval de Notting Hill.OLI SCARFF (GETTY)

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