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Crónica:FÚTBOL | Primera Jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cesc y Thiago alumbran al futuro Barça

El rejuvenecido y vitalista equipo azulgrana golea al Villarreal con su fútbol de siempre

Ramon Besa

Anoche nació un nuevo equipo en el Camp Nou. Viste también de azulgrana; tiene a Messi, Iniesta y Valdés, juega muy bien al fútbol, marca goles y también gana con facilidad, incluso al Villarreal. No hay duda de que es el Barcelona. La diferencia está en la dimensión que le han dado Cesc y Thiago, en la evolución de Keita y Busquets, en las prestaciones de Alexis. Aun siendo reconocible por singular, el registro del Barça es diferente. Ha cambiado respecto al pasado, tal que si se hubiera reinventado, como si necesitara mudar, sentirse diferente y que el rival no le reconozca, creerse que no ha ganado nada en la vida. La nueva versión fue recibida con gran entusiasmo por la hinchada.

BARCELONA 5 VILLARREAL 0

Barcelona: Valdés; Mascherano, Busquets, Abidal; Thiago, Keita, Cesc (Dos Santos, m. 70), Iniesta (Xavi, m. 55); Alexis, Messi y Pedro (Villa, m. 66). No utilizados: Pinto; Fontàs, Bartra y Sergio Roberto.

Villarreal: Diego López; Zapata, Gonzalo, Musacchio, Juan Oriol; Marchena, Bruno; Cani (Wakaso, m. 58), Borja Valero (Camuñas, m. 49); Nilmar (Senna, m. 55) y Rossi. No utilizados: Mariño: Marco Rubén, Hernán Pérez y Català.

Goles: 1-0. M. 24. Thiago. 2-0. M. 44. Cesc. 3-0. M. 47. Alexis. 4-0. M. 51. Messi. 5-0. M. 75. Messi.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Zapata, Mascherano, Cesc, Alexis, Wakaso y Marchena.

Camp Nou: 75.097 espectadores.

Cesc da profundidad y las conducciones de Thiago desestabilizan
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Las Supercopas, la de España y la de Europa, ya son historia. Forman parte del pasado. Ni siquiera se celebraron en el Camp Nou pese a que la última se ganó el viernes en Mónaco. Empieza una nueva Liga y nace un nuevo equipo que quiere ganarse a la gente, perfeccionar su fútbol, provocar el interés mundial. No estaban ni Puyol, ni Xavi, ni Piqué ni Villa y, sin embargo, jugaban como si se conocieran de toda la vida, hambrientos de gloria. Nace la generación Cesc, la quinta de Thiago, una nueva hornada de futbolistas que quieren ser protagonistas y no quedarse a mitad de camino como ocurrió con la de Lo Pelat. Guardiola tiene una fe ciega en sus muchachos de la ciudad deportiva.

Aunque pocas, las incorporaciones son tan selectivas que darán mucho juego al equipo porque aportan versatilidad y le permiten dibujos diferentes sin variar el estilo. Ayer, por ejemplo, Guardiola aprovechó la baja de cinco defensas (Alves, Piqué, Puyol, Abidal y Mawxell) para desplegar el plantel a partir del manual más cruyffista, el 3-4-3 tantas veces utilizado en situaciones extremas, el famoso rombo. La apuesta tenía también su sentido si se atiende a la idiosincrasia del Villarreal, excelente en el fútbol interior y agresivo por la potencia de sus dos delanteros, Nilmar y Rossi, un jugador superlativo. El mejor 4-4-2.

No era la primera vez, por otra parte, que el equipo de Guardiola jugaba con tres zagueros, cuatro medios y tres delanteros. La novedad estuvo sobre todo en juntar a Cesc y Thiago y prescindir de Xavi y Villa o en situar a Pedro en la izquierda para que Alexis abriera la banda derecha mientras Busquets ejercía de libre al lado de Mascherano y Abidal. El ideario siempre fue el mismo en La Masía. Los libros de texto pasan de generación en generación. Se repite la lección hasta automatizar las respuestas. Varían solo los intérpretes y ahora se ha reunido un grupo de artistas estupendos en la línea de medios, el punto neurálgico del fútbol del Barça.

La hinchada admira a Cesc, Thiago, Iniesta y, claro, a Messi. Los jóvenes centrocampistas ofrecieron un recital. Actuaron de forma sincronizada y armónica, tanto en la presión como en la salida de la pelota; ocuparon la cancha de manera racional y jugaron muy bien al espacio y poco al pie. La llegada de Cesc ha dado profundidad al equipo mientras que las conducciones de Thiago resultan desestabilizadoras para el contrario por su capacidad para filtrar el pase o por su tiro de media distancia. Marcó Thiago y repitió Cesc, habilitado por Messi en una jugada ya vista cuando se alineaban en el cadete.

El Villarreal tuvo muy poco que decir, salvo quejarse con razón del árbitro, que le midió mal cuando Rossi se desenganchó de la marca y enfiló a Valdés con el encuentro aún abierto. No concedió la ley de la ventaja en una ocasión franca. Tampoco le ayudó el linier en el fuera de juego y las manos de Valdés fueron tan importantes como sus pies. Aunque pocos, el Villarreal tuvo sus momentos para empatar, más por la inteligencia de su ataque que por los errores de la zaga azulgrana, liderada por el tackle de Mascherano. Le perdió el gol de Cesc, indefendible en cualquier Liga porque no hay antídoto para el toque de Messi y el desmarque de Cesc.

El volante central se ofrece, se asocia, va y viene, da y marca goles. A veces parece incluso una versión de Messi. Ambos funcionan excelentemente como dos falsos nueves en un equipo auténtico. Tampoco hace falta saber si Thiago es interior diestro o zurdo, volante o enganche, sino que simplemente es un todocampista. Las asistencias que dio a Alexis y Messi en el cuarto gol y el quinto fueron tan excelentes como los movimientos del chileno, que se ganó el campo y armó el tiro como un ariete, y del argentino, que dejó dos goles y ya son 101 en el Camp Nou.

El Barçá se quedó a un gol del Madrid igual que Messi respecto de Cristiano. Nadie se quejó porque el Villarreal no es el Zaragoza y las sensaciones que ofrece el equipo no se miden solo con tantos, sino con fútbol, y el del Barça, de momento, ilusiona por nuevo, refrescante, vitalista. Nadie diría que lleva tres años ganando Copas y Ligas.

Thiago consigue el primer gol del Barça con un disparo desde el borde del área que no pueden evitar ni Bruno ni Marchena.
Thiago consigue el primer gol del Barça con un disparo desde el borde del área que no pueden evitar ni Bruno ni Marchena.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.
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