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El conflicto libio | La agonía de la dictadura

Un hotel de lujo convertido en cárcel

La Cruz Roja logra la liberación de 35 personas, en su mayoría periodistas extranjeros, retenidos por las fuerzas gadafistas durante cinco días en el Rixos

"Nos están sacando del Rixos tras cinco días de pesadilla". Con estas palabras difundidas a través de la red social Twitter, el reportero de la CNN Matthew Chance contaba ayer su liberación. El periodista se encontraba con un grupo de 35 personas -en su mayoría personal de medios de comunicación extranjeros- atrapado en el interior de un hotel de Trípoli, asediado durante casi una semana por los leales al régimen del dictador Muamar el Gadafi.

Los rehenes fueron rescatados gracias a la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja sobre las 16.30, hora local. Media hora después, Chance explicaba que en un primer momento los reporteros habían negociado con los guardias su salida del hotel en pequeños grupos, pero los gadafistas les obligaron a volver al interior. Finalmente, los rehenes lograron salir gracias a la mediación de periodistas árabes.

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"El hotel ha sido sitiado tan rápido que ni siquiera somos capaces de determinar quién está al mando en las inmediaciones del edificio", afirmaba Darío López-Mills, fotógrafo de la agencia Associated Press, durante el asedio.

Chance explicó que decidieron buscar telas y banderas que indicaran su profesión para identificarse ante las fuerzas pro-Gadafi. Durante el asedio, la comida, el agua y la electricidad escaseaban y faltaba agua corriente. Darío López-Mills describió ocurrente la situación: "El Rixos es como una prisión de 400 dólares la noche; con spa, pero sin aire acondicionado, con velas pero sin romance. Mientras tanto se oía el sonido de los disparos y las balas silban junto a las ventanas".

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"Nadie me ha dicho lo que tengo que decir, simplemente no me dejan salir a la calle a verlo", escribió desde el hotel Matthew Price, corresponsal en la capital libia de la cadena británica BBC.

Una vez libre, el periodista reveló que durante su retención desconocía lo que estaba pasando fuera. Según su relato, el pasado lunes aparecieron en el hotel "hombres armados a los que no había visto antes" y fue entonces cuando empezó a temer por su vida. En muchas ocasiones los responsables del edificio y los guardias libios habían acusado a los medios extranjeros de "estar del lado de los rebeldes".

"La situación se ha deteriorado notablemente durante la noche", explicó Price en una intervención telefónica en un programa de la BBC mientras todavía se encontraba detenido. Según el reportero, leales al régimen patrullaban los pasillos del hotel, sin excluir la presencia de francotiradores en el tejado del edificio.

Tras la retirada del embajador turco de Libia el pasado mayo, la dirección de la cadena turca de hoteles de lujo Rixos decidió suspender las actividades en el país. Desde entonces el edificio sirve de sede a la televisión gubernamental y es el lugar que el régimen destina a los periodistas que cubren la guerra. El hotel está cerca del complejo de Bab el Azizia.

Mientras, cuatro periodistas italianos secuestrados ayer en la carretera de Zauiya a Trípoli, han sido liberados. Se trata de los enviados especiales de los diarios La Stampa, Corriere della Sera y L'Avvenire, este último el rotativo del episcopado italiano. Uno de los informadores consiguió establecer contacto telefónico con su redacción para confirmar el secuestro e informar de que se encontraban bien.

Varios periodistas extranjeros, en el momento de ser evacuados del hotel Rixos, ayer en Trípoli.
Varios periodistas extranjeros, en el momento de ser evacuados del hotel Rixos, ayer en Trípoli.REUTERS
Missy Ryan, la corresponsal de Reuters en Libia, revisa su teléfono móvil mientras espera ser evacuada del Hotel Rixos de Trípoli, después de estar retenida durante seis días
Missy Ryan, la corresponsal de Reuters en Libia, revisa su teléfono móvil mientras espera ser evacuada del Hotel Rixos de Trípoli, después de estar retenida durante seis díasPAUL HACKETT (REUTERS)

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