De acreedor a fichaje millonario

La agudeza del Zaragoza para hacer frente a la crisis a través de un fondo de inversión no gusta a la Liga ni a la Asociación de Futbolistas (AFE). Pero al club blanquillo le va bien en lo deportivo porque se refuerza a un coste barato, por más que no tenga los derechos económicos de los futbolistas que traiga de ese modo. Al jugador lo compra el fondo, que se lo cede al Zaragoza y se reserva el derecho de venderlo cuando quiera. Es el caso de Roberto, el portero que costó 8,6 millones al fondo y unos 30.000 euros al Zaragoza. Pero ocurre que la entidad, como a tantos otros y con una deuda de 134 millones, le debía en mayo 92.156,40 euros. Aunque este diario no ha podido comprobar si se ha renegociado esa deuda, si el jugador ha aceptado el convenio anticipado de acreedores propuesto por el Zaragoza -con una quita del 50%, a pagar en ocho años-, se sabe que no todos los futbolistas de la plantilla actual han aceptado, de ahí el malestar que se dio cuando se anunció el fichaje. "Entre 25 y 30 jugadores del Zaragoza han denunciado impagos del club y están certificados", confirmó la comisión mixta LFP-AFE.

No todos los jugadores han aceptado el convenio anticipado de acreedores

Los jugadores que llegan nuevos al Zaragoza no tendrán problemas de cobro, como garantiza el concurso de acreedores. Pero los que están desde hace unas temporadas -y los que ya se han ido- no saben cuándo y cuánto van a percibir de lo que se les debe, siempre que no se acojan al convenio. "Cada uno lo hace a su manera", explican desde el club. Un problema del que esperan salir airosos. Pero no será fácil.

"Este convenio anticipado", aclaran desde el vestuario, "requería una aprobación del 20% de los acreedores. Pero para que pase a trámite necesita del 50%". Otro problema mayor porque el club llegó a última hora al 20%, gracias a la adhesión, entre otros, del Milan, al que se debe 5.990.643 euros. Aceptado el PAC (propuesta anticipada del convenio), se aceleran los trámites para llevarlo al juez y convocar la junta general de acreedores, todavía sin fecha. El embrollo surge en la propia junta, donde se debe aprobar el 50% de los créditos ordinarios (la masa de la deuda ordinaria).

Los acreedores se dividen en tres grupos: los preferentes, los subordinados y los ordinarios. Los primeros son la administración, los empleados y los que tienen créditos especiales y avales. Los subordinados son los acreedores relacionados con los propietarios del club, como empresas del presidente y máximo accionista, Agapito Iglesias. Y los ordinarios son el resto. Aquí entran la mayoría de los futbolistas y radica el problema.

Habitualmente, el plazo para devolver el dinero es de cinco años. El Zaragoza propone ocho -una espera larga- y la quita es del 50%, una cifra bastante alta. La Liga ya dijo que no se adherirá a tal convenio y, de no hacerlo tampoco los futbolistas, la cifra exigida del 50% de los créditos ordinarios se tambalearía seriamente. Si finalmente no se llega a la mitad de la masa de la deuda ordinaria, el Zaragoza atenderá otras propuestas de los acreedores en la misma junta, que se llevarían a debate. Si ninguna se aprueba, se procederá a la liquidación.

Mientras tanto, el Zaragoza tira de ingenio para gastar poco, como utilizar los fondos para fichar o como realizar una pretemporada en Inglaterra, que, de ser austeros, podría incluso reportarle dinero. Las empresas Kinning y Premier Promotions Sports, que trabajan de la mano, han organizado la pretemporada en Ashby-de-la Zouch, en medio de los bosques de Nottingham, donde se ruedan películas de Robin Hood. Estas empresas le ofrecen al club blanquillo unas condiciones excepcionales; el equipo, desde que sale de Zaragoza, lo tiene todo pagado hasta que regresa, menos los extras. Hoteles, cinco comidas, campos de entrenamiento, lavandería, desplazamientos... Todo gratis y, además, adquieren los derechos de televisión para los partidos en Inglaterra. Las empresas, por su parte, cobran de la organización de los partidos. Una buena fórmula en tiempos de crisis, una fórmula que alivia en parte al Zaragoza.