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Guerrilla alrededor de Sol

El blindaje de la plaza convierte sus accesos en puntos de fricción entre la policía y los indignados - La protesta reunió en las calles a menos personas que el martes

La Puerta del Sol volvió a dormir sola anoche. El 15-M no consiguió desalojar ayer "la acampada de la Policía", como clamaban mientras recorrían en manifestación el paseo del Prado por segundo día consecutivo. Cerca de dos mil personas llegaron al Kilómetro Cero con la intención de recuperar la plaza que habían perdido el martes por la mañana tras ser desalojados. La concentración empezó con unos cientos de personas en Atocha a los que se fueron sumando más, a su paso por el paseo del Prado, la fuente de Neptuno y Gran Vía. La marcha, que comenzó pacífica, con sus habituales lemas por la democracia y contra la crisis, comenzó a caldearse a su llegada al Congreso de los Diputados.

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El cordón de seguridad formado por las habituales vallas azules, una veintena de antidisturbios y varios furgones policiales les impedía el paso a la carrera de San Jerónimo. Durante casi media hora la marcha indignada se quedó estancada en la plaza de Canalejas, momento en el que los rezagados se incorporaron a la manifestación que ya sumaba más de mil personas. La Policía tuvo que duplicar el número de vallas ante la presión de los ciudadanos indignados y sus críticas verbales. "Mejor perroflauta que perro policía" o "ser policía vergüenza me daría", les gritaban.

La Puerta del Sol permaneció acordonada desde las seis de la tarde. Durante todo el día la presencia policial fue muy intensa. No permitían que nada parecido a una acampada o sentada pudiera comenzar. A todo el que trataba de sentarse en torno a las fuentes, les pedían que se levantasen. La estación de Sol también estuvo cortada desde las seis y media, como la tarde del martes. Ni metro ni Cercanías se detenían en la parada. Poco después ya había una docena de furgones policiales. Los agentes precintaban con cinta amarilla la plaza, cortaban el tráfico en la calle Mayor e iniciaban los filtros. Por Preciados atravesaban los ancianos, las familias y los jóvenes cuya apariencia, en principio, no les hacía parecer indignados. La Policía pidió la identificación a varias personas y a los que no dejaban pasar les explicaban que eran "órdenes del Gobierno".

Unas decenas de indignados se adelantaron a la manifestación y esperaron en la calle Preciados a que llegaran los demás. Cuando la manifestación les alcanzó bajando por Callao, les recibieron con aplausos y serpentinas. La tensión empezó a crecer al poco tiempo. La Policía no dejaba pasar a los chicos del 15-M que reclamaban la Puerta del Sol: "Esta plaza es del pueblo". Los que encabezaban la protesta, con el torso desnudo y pinturas que simulaban las de indios en guerra, empujaban e increpaban a los agentes. Llegaron a tirarles huevos. La mayoría protestaba con solo las manos levantadas como "armas" y criticaban a los más beligerantes.

Durante dos horas, la tensión se repartió en tres de los accesos a la Puerta del Sol. Primero en la calle Mayor, después en la de Preciados y más tarde en la calle del Carmen. Como el día anterior, los manifestantes jugaron al gato y al ratón con la Policía para intentar colarse en el Kilómetro Cero. A las once, cansados de los enfrentamientos, la manifestación se separó y se trasladó a la plaza de Callao. Allí se concentraron unas quinientas personas que cortaron el tráfico de la Gran Vía. Convocaron una asamblea espontánea en la que estuvieron hablando hasta pasada la medianoche sobre el futuro del movimiento. En la plaza Mayor, donde habían terminado acampando el día anterior, no había ni indignados ni policía, solo gente tomando algo en las terrazas.

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En la plaza del Carmen, sin embargo, un hombre fue detenido por usar una navaja para rayar un vehículo policial. En la madrugada del martes, los arrestados fueron José Manuel de la Fuente y Diego Torres, dos miembros de la comisión de Audiovisual, por fotografiar lo que sucedía. La Policía les acusa de desorden público y hoy pasarán a disposición judicial, según fuentes del cuerpo de seguridad. Hasta entonces se encuentran detenidos en el calabozo de los cuarteles generales de Moratalaz.

Una asamblea de indignados cortó ayer por la noche la Gran Vía, a la altura de Callao.
Una asamblea de indignados cortó ayer por la noche la Gran Vía, a la altura de Callao.SAMUEL SÁNCHEZ

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