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Griñán se cita a solas con el candidato para hablar de los comicios andaluces y generales

Lourdes Lucio

Las elecciones generales y las andaluzas se han celebrado juntas en las cuatro últimas convocatorias, pero no está nada claro que esto vaya a ser así en las próximas. De elecciones hablarán el próximo lunes en Sevilla el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, en una reunión en la que se han citado a solas para buscar la "compenetración" de los equipos electorales de ambos dirigentes, según afirmó ayer el presidente andaluz. "Vamos a hablar de las elecciones generales, de las elecciones andaluzas, pero sobre todo de aquello que queremos conseguir", añadió Griñán.

Desde que Rubalcaba fue designado candidato, los contactos y las reuniones entre Ferraz y la federación socialista andaluza han sido muy intensos. Ya en junio pasado, Rubalcaba, Griñán, José Blanco y Gaspar Zarrías acordaron "ir de a mano en todo" y fijar una agenda común para sobrevivir electoralmente. El 21% del actual Grupo Socialista en el Congreso (36 diputados de 169) lo aporta Andalucía, y 11 son los escaños que ahora saca el PSOE al PP en esta comunidad.

Sin embargo, los resultados de las elecciones municipales del 22 de mayo no llevan a pensar que se vayan a repetir estas diferencias. Por primera vez en su historia, el PSOE fue superado por la derecha con 7,1 puntos de ventaja en Andalucía y esa abultada diferencia es lo que mantiene en su idea a Griñán de no adelantar las elecciones.

Lo lleva diciendo desde primeros de febrero cuando en una entrevista en Radio Nacional señaló como la fecha más probable la del 4 de marzo de 2012. Y lo volvió a decir el miércoles en El Escorial: "Serán cuando toquen y tocan en marzo". Griñán, que cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento autónomo, tampoco es partidario de que Zapatero propicie un adelanto de las generales. Cree que es conveniente separarlas de la marea de votos lograda por el PP el 22 de mayo y que ni el PSOE ni Rubalcaba ganarían nada acortando el calendario, porque el deseo de castigar la gestión socialista aún se mantendría intacto.

Al contrario que en otras ocasiones, en el PSOE andaluz hay muchas dudas de que esta vez la simultaneidad de las elecciones les beneficie. Siempre han usado el infalible argumento de que la mayor participación de las generales les empuja hacia arriba, pero ya no. Después del 22-M, no hay manuales que valgan.

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