Escándalo en Reino Unido
David Cameron se convirtió ayer en la principal víctima política del desplome de la cúpula de Scotland Yard. A la dimisión del jefe de la Policía Metropolitana, sir Paul Stephenson, se unió ayer la de su número dos, John Yates, el hombre que decidió en dos ocasiones en el pasado que no valía la pena seguir investigando las escuchas ilegales del diario News of the World.
Las acciones de News Corporation, la compañía que agrupa los intereses globales de Rupert Murdoch, siguieron ayer su caída libre en Bolsa, con pérdidas que llegaron al 7,6% en Sidney antes de cerrar con una caída del 4,3%, y con un fuerte descenso también en Nueva York, donde se precipitaban más del 4% a las dos horas de la apertura de las cotizaciones en Wall Street.
El militar con más prestigio y reconocimiento de EE UU, el general David Petraeus, dejó ayer el campo de batalla en Afganistán para emprender el camino hacia la sede de la CIA en Langley (Virginia), donde su misión no es, sin embargo, más confortable: elevar la eficacia de la principal agencia de espionaje y abrir una nueva época de colaboración entre esta y el Pentágono.
La ejecución de 16 policías paquistaníes recogida en un vídeo colgado ayer en Internet refleja la brutalidad de la violencia talibán, que parece acrecentarse con el inicio de la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán. El ajusticiamiento de los paquistaníes se produjo en junio.
Los vicepresidentes de Venezuela, Elías Jaua y Jorge Giordani, han comenzado a hacer uso de las funciones especiales que, desde el sábado y por tiempo indefinido, les ha delegado Hugo Chávez mientras recibe tratamiento contra el cáncer en La Habana. Jaua ha promulgado su primer decreto -una nueva ley para regular los precios de productos y servicios- y lo ha hecho con una fotografía de Hugo Chávez detrás, donde al presidente-comandante se le ve adornado con la banda presidencial, vigilando el horizonte.
Para Ollanta Humala, presidente electo de Perú, el desgaste ha comenzado antes de asumir el cargo. A menos de dos semanas de la transferencia de mando, el 28 de julio, una encuesta publicada por el diario El Comercio evidencia que su respaldo ha caído 29 puntos, del 70% al 41%.
La violencia ha vuelto a sacudir la región autónoma de Xinjiang, en el oeste de China. Un número indeterminado de personas -entre ellas, dos rehenes, un policía y un guardia- murieron ayer en un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y un "grupo de matones" que asaltó una comisaría, la incendió y secuestró a varias personas, según informó la prensa china.