Con fines lucrativos, no sociales
Las cajas de ahorros de Madrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana, Caja de la Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia, que eran propiedad de todos con fines sociales de repente comandadas por Rodrigo Rato pasan a ser un banco con acciones adquiridas con el dinero de las mismas cajas, naturalmente con fines lucrativos y sin fines sociales. Y para premiar ese posible "desfalco institucional" premiarán a Rato, Olivera y Verdú con 10 millones de euros. Y cobraran comisiones a los que tengan menos de 2.000 euros.
Con la aquiescencia del Gobierno y los consejos del Banco de España, Esperanza Aguirre, Camps, y los otros presidentes de las comunidades autónomas correspondientes les regalan la gestión de estas empresas sin ánimo de lucro a unos amiguetes que, sin poner un euro, controlan unos centros económicos ya privados que realmente no son de nadie, pero que ya se han empezado a repartir el botín. Es increíble que nos quedemos tan tranquilos, desde el Gobierno socialista hasta todos nosotros.
