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La disputa por el petróleo amenaza la viabilidad del nuevo Sudán del Sur

Juba proclama hoy su independencia mientras el norte ataca zonas fronterizas

En la medianoche de ayer, el contador del nuevo reloj que preside una de las rotondas más centrales de Juba llegó a cero tras contar los días, horas y minutos que faltaban para este momento. "Al fin libres", se puede leer en la pantalla del reloj. Después de 50 años de conflicto entre norte y sur, Sudán del Sur declara hoy su independencia y se convierte en el país más joven del mundo.

"Cuando llegué... fue complicado, me costaba reconocer y hablar con amigos y familiares de mi infancia, pero tenía que regresar para poder contribuir por fin a mi propio país", dice con la mirada perdida en el Nilo Gabriel Deng, uno de los "niños perdidos" de Sudán. Deng escapó de su país a pie en 1987 y regresó hace apenas cinco días.

Norte y Sur no han alcanzado un acuerdo sobre el reparto del crudo
Jartum bombardea Kordofán, que extrae un 20% del petróleo del Sudán unido

La esperada celebración en Juba, la capital, transcurre entre un ambiente festivo pero tenso. Bajo un sol cegador, grupos de mujeres cantan y bailan vestidas con trajes tradicionales, mientras soldados altos y serios guardan los puntos importantes de la ciudad fusil en mano.

Está previsto que unos 30 jefes de Estado africanos y decenas de delegados internacionales presencien el acto oficial. También estará el presidente de Sudán, Omar al Bachir, buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra en Darfur. Como en una boda entre familias enfrentadas, Bachir es el invitado que ningún dignatario occidental quiere tener como compañero de mesa. Su Gobierno reconoció ayer oficialmente al nuevo Estado en el sur.

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Las medidas de seguridad son enormes y es que la tensión entre norte y sur se mantiene, aunque hace ya seis años que ambos firmaron la paz de una guerra que duraba desde 1983. Aún quedan importantes temas por resolver, como el propio trazado de la frontera o la cuestión de la ciudadanía. Pero son el petróleo y los conflictos en Kordofán del Sur y en Abyei las cuestiones más preocupantes y que oscurecen el nacimiento del nuevo país.

Desde hoy, Sudán del Sur pasa a controlar alrededor del 75% de los campos petrolíferos que antes administraba Jartum. Cuando firmaron la paz, ambas partes acordaron repartirse los ingresos petrolíferos al 50%, pero ese acuerdo ya ha vencido y Juba y Jartum aún no han pactado una nueva repartición. Para complicar aún más la situación, las refinerías y los oleoductos se encuentran en el norte, por lo que ambas partes se necesitan.

Pero el nuevo país no quiere depender de su vecino del norte. "Para nosotros será muy fácil construir nuestro propio oleoducto", dijo en conferencia de prensa Anthony Makana, ministro de Carreteras y Transportes. Makana añadió que hay conversaciones abiertas con varias empresas para iniciar la construcción.

La posible pérdida de ingresos del petróleo es uno de las consecuencias más graves para el norte. De hecho, gran parte de los campos petrolíferos que quedarán en su territorio están en la provincia fronteriza de Kordofán del Sur, que contribuye con unos 115.000 barriles diarios al cerca de medio millón que producía el Sudán unido, según cifras del Ministerio sudanés para el Petróleo.

Esta región, de población mayoritariamente negra, se alió con las milicias del sur durante la guerra contra el norte, de población árabe, pero hoy sigue siendo una provincia dependiente de Jartum mientras el sur se convierte en un país independiente.

Hace un mes, los milicianos establecidos en las montañas Nuba de Kordofán del Sur se negaron a pasar a formar parte del Ejército del norte o a entregar sus armas. Y desde el 5 de junio, Jartum está bombardeando áreas pobladas por civiles y llevando a cabo registros casa por casa en busca de personas que simpaticen con el sur, según informes de la ONU, cuyo Consejo de Seguridad aprobó ayer el envío de una misión al sur compuesta por 7.000 cascos azules.

El sur se ha desmarcado del conflicto y ha declarado que no desea volver a la guerra con el norte. Pero los rebeldes de Kordofán del Sur pertenecen al SPLM-Norte, el ala política en Jartum del partido gobernante en Sudán del Sur, y en Juba todos dan por hecho que el poco apoyo que reciben los milicianos en las montañas Nuba viene del sur. Tras la independencia, la situación podría inflamarse hasta involucrar abiertamente al Ejército del sur.

El conflicto sigue abierto también en la región de Abyei, que tanto norte como sur reclaman como propia. Tras meses de enfrentamientos armados entre norte y sur, en mayo el Ejército del norte invadió y bombardeó la zona, lo que provocó el desplazamiento hacia Sudán del Sur de 113.000 personas. El 20 de junio el norte accedió a retirar sus tropas de Abyei, pero la situación sigue siendo "tensa" y "volátil", según un informe de la ONU.

Un hombre ondea la bandera de Sudán del Sur mientras niños ensayan un baile para el día de la independencia.
Un hombre ondea la bandera de Sudán del Sur mientras niños ensayan un baile para el día de la independencia.REUTERS

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