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CÁMARA OCULTA
Columna
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Mestizaje

Es curioso: hoy se estrena un western español que emula lo mejor del género estadounidense (Blackthorn) y la próxima semana otro estreno, también español, va a ser un tributo a una de las legendarias figuras del Hollywood clásico, Ava Gardner (La noche que no acaba). Mateo Gil en el western e Isaki Lacuesta en el documental de autor han compuesto, cada cual a su estilo, sendos homenajes al cine estadounidense o a sus personajes; a fin de cuentas estos forman ya parte de nuestra cultura.

Hemos adoptado sus modelos como algo propio, y tanto Butch Cassidy como Ava Gardner forman parte de nosotros, como los personajes del sainete o el astracán, genuinamente españoles, y difícilmente exportables. En Estados Unidos adaptan a su propio gusto lo que les interesa de fuera, y ahí están esos frecuentes remakes de películas europeas -en otras latitudes, destaca el curioso trasplante que el chino Zhang Yimou ha hecho recientemente de Sangre fácil, de los hermanos Coen- mientras que en España e Italia se hicieron westerns durante los años sesenta y setenta, como los de Sergio Leone, tratando de que pasaran por auténticos norteamericanos. Para ello se contaba con la presencia de viejas estrellas de Hollywood a las que ya no contrataban allá, lo que hacía más verosímil el fraude. Sin embargo, lo que proponen ahora estos dos cineastas españoles no son imitaciones sino reflexiones críticas sobre leyendas que calaron en nosotros. Versiones autóctonas.

Un alto magnate de Hollywood declaraba hace años que las películas eran la mejor manera de vender productos norteamericanos, en concreto que Coca-Cola se extendía por el mundo también gracias al cine. Lo que no había previsto el empresario era este mestizaje de culturas, la apropiación que podemos hacer ahora de mitos o estilos foráneos para hablar de nuestras propias cosas. Son ya muchos los cineastas jóvenes que tienen en Hollywood el referente de su formación, de una forma de ver el mundo. Imperialismo, mestizaje o globalización, qué más da.

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