Ultimátum a Grecia
No es la UE la que exige nuevos ajustes a Grecia, son el FMI, los mercados y otros grupos los que ordenan a los griegos -y no solo a ellos- que renuncien a parte de los logros sociales que han costado décadas conseguir. Los Gobiernos de la UE ya no dictan las políticas económicas, siguen las directrices de organizaciones tan opacas como el FMI, el Banco Mundial, el club Bilderberg, las multinacionales, la banca, etcétera.
Mientras el ciudadano de a pie es el que se enfrenta a los ajustes que se marcan desde esos oscuros grupos, las grandes empresas y la banca siguen aumentando sus beneficios, reciben tratos de favor de los Gobiernos mientras desvían miles de millones a paraísos fiscales, evitando tener que pagar a las haciendas estatales.
Los platos rotos de la crisis provocada por ellos con su estúpida creencia del crecimiento continuo no recae sobre sus espaldas, recae en el menos culpable de todo, en el ciudadano, ese que se dejó cegar por brillos y cantos de sirena.
Ya no existen ciudadanos, existen ganancias y pérdidas. Si para mantener la riqueza de unos pocos es necesario destruir lo que quiere decir democracia, pues se destruye.