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Crítica:BARES
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cócteles políglotas en Fez

En los últimos años cotiza al alza un híbrido de lo mediterráneo con reminiscencias balinesas: terrazas con sofás blancos, muchos cojines, menú fusión para paladares fáciles, cócteles de nombres exóticos y briznas de exotismo decorativo del norte de África. Todo aliñado con sonidos de la aldea global revestidos de house y sesiones de dj cosmopolitas. Si se añade la palabra tapas, el éxito está asegurado.

Esta es la fórmula de Mezzanine, un restaurante de diseño con terraza lounge y club situado nada más cruzar las murallas de Fez por la puerta Bab Boujeloud. Al entrar el viajero deja atrás el bullicio de la medina, polvoriento y caluroso, para adentrarse en sus tres plantas de ambiente ultramoderno, climatizado y con una estudiada iluminación artificial. Suena música chill out a un volumen suave. El personal sonriente, algo lento, deliberadamente bien parecido y políglota da cuenta de quiénes son los clientes objetivo del local: jóvenes de la clase bien marroquí y turistas curiosos.

MEZZANINE

Dirección: 17 Kasbat Chams, Fes Jdid (Fez). Teléfono: 00 212 11 07 83 36. Internet: www.restaurantfez.com. Horario: a diario de 12.00 a 2.00 (incluso en Ramadán). Precios: platos, de 7 a 10 euros; refrescos, 2,50; cervezas, de 3 a 5; cócteles, 5,40; vino, 12 euros. Reserva de privados: desde 81 euros (con Absolut o Red Label) a 108 (Grey Goose, Belvedere o Black Label).

En la planta baja, una barra de bar con neones violeta ofrece al visitante una pared repleta de las mejores marcas de bebidas internacionales. Es el lounge bar, donde el alcohol está permitido y la carta de cócteles seduce con propuestas como el Mezzanine (con ginebra, naranja y granadina), el Gintronnade (ginebra con limón) o el Kir Royale con champán. El precio no es desmedido aunque la cantidad de elemento espiritoso se antoja más bien escasa. El camarero recomienda una copa de Guerouane, un vino blanco orgullo de la región. Entre las cervezas hay desde la habitual lista de marcas internacionales a la cerveza local, la Flag, bastante mediocre pero si está fría pasa bien. Como es de esperar, hora feliz a media tarde.

El reclamo de Tapas Restaurante -así se llama el comedor de la primera planta- no debe conducir a engaño: la palabra tapas es un gancho que al turista de allende los Pirineos o al americano le sugiere Mediterráneo, vacaciones y picoteo ligero, pero que en blanco sobre negro es cocina de fusión marroquí-internacional, muy prêt-à-manger y más funcional que con pretensiones culinarias: ensaladas, espaguetis, tajine de kefta o hamburguesas con patatas fritas.

La terraza del piso superior reclama dedicarle un tiempo a la puesta de sol, que se esconde a lo lejos por el barrio judío. Aquí hay grandes sofás blancos, sombrillas y máscaras traídas desde Malasia. Al declinar el día se encienden grandes velas: es el momento de tomar la primera copa o incluso cenar.

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Los jueves por la noche -en Marruecos el viernes es festivo- la fiesta se prolonga hasta las tres de la mañana. Hay sesiones de djs de house y se puede reservar una mesa en un privado.

Terraza<i> lounge</i> en Mezzanine, un bar de diseño, con restaurante de tapas incluido, en la marroquí Fez.
Terraza lounge en Mezzanine, un bar de diseño, con restaurante de tapas incluido, en la marroquí Fez.ALFREDO ARIAS

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