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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Brian Haw, el vecino más incómodo de Westminster

El pacifista acampó 10 años frente al Parlamento británico

"¿Cuánto tiempo piensa quedarse aquí?", preguntaron dos agentes de policía londinenses a un activista que, en junio de 2001, se plantaba ante las puertas del Parlamento británico con pancartas contra las sanciones económicas impuestas a Irak. "El que haga falta", les respondió impasible. A lo largo de toda una década Brian Haw convirtió el pavimento de Parliament Square literalmente en su casa, provisto de una tienda de campaña, precarios utensilios para subsistir y, sobre todo, ese megáfono que tanto irritaba a sus vecinos de la sede del Legislativo con sus proclamas pacifistas. Las autoridades solo lograron expulsarlo el pasado marzo, pero él siguió luchando en los tribunales para revertir esa orden, hasta su muerte, el pasado sábado, a causa de un cáncer de pulmón a los 62 años.

Blair intentó parar la protesta por ley pero él alegó que no podía ser retroactiva

Tres meses antes de los atentados del 11-S, Haw decidió instalar su campamento en el corazón de Londres para denunciar los estragos en la población civil -sobre todo los niños- del embargo de la ONU contra Sadam Husein, que interrumpió los envíos de material sanitario al país mesopotámico. Su campaña para la paz cobró auge a raíz de las intervenciones militares en Afganistán e Irak, al tiempo que los poderes políticos intensificaban los esfuerzos para desembarazarse del incómodo personaje y su creciente notoriedad: Haw era presencia obligada en el sinfín de documentales sobre la implicación británica en la guerra y también fue entrevistado por varias televisiones extranjeras. Si en 2003, el entonces primer ministro Tony Blair lo consideraba un símbolo de la libertad de expresión, dos años más tarde promovió una legislación para impedir las protestas no autorizadas en el perímetro de una milla en torno al Parlamento. Pero Haw consiguió permanecer en su puesto alegando con éxito ante los jueces que había desplegado su campamento mucho antes de la aprobación de la ley.

Carácter excéntrico o mesiánico para unos, expresión de la conciencia pública en opinión de quienes le apoyaban, de Haw se reconocía unánimemente la persistencia de su activismo, que acarreó un enorme coste personal. La madre de sus siete hijos, Kay, pidió el divorcio cuando el marido llevaba ya dos años instalado de forma perenne en Parliament Square, un puesto que ni siquiera abandonaba el día de Navidad. Nacido en el barrio londinense de Redbridge, a los 13 años sufrió la traumática muerte de su padre, un antiguo soldado que participó en la liberación del campo de concentración de Bergen-Belsen (Alemania) y se suicidó dos décadas más tarde con el gas de la cocina. Haw trabajó como carpintero y marino mercante antes de decidir consagrar su vida a la causa antibélica.

En 2007 fue elegido por la audiencia de Channel Four como la figura política más inspiradora: obtuvo un 54% frente al pírrico 8% de Blair. "Después de que dos millones de personas se manifestaran contra la guerra de Irak, todo el mundo abandonó, menos él", escribió en el diario The Independent el artista Mark Wallinger, quien aquel mismo año obtuvo el premio Turner de arte contemporáneo por una instalación que recreaba el campamento de Brian Haw. "Tenacidad, integridad y dignidad" son los epítetos que, según el artista, definen al hombre que resistió toda una década en su bastión pacifista y bajo las inclemencias de la climatología inglesa. Su salud se resintió en los últimos años y, tras la detección del cáncer, empezó a recibir tratamiento en una clínica alemana, donde falleció el pasado fin de semana.

Brian Haw, en octubre de 2007, durante una de sus protestas frente al Parlamento británico.
Brian Haw, en octubre de 2007, durante una de sus protestas frente al Parlamento británico.LEFTERIS PITARAKIS (AP)

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