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Detenido el exministro francés acusado de agresión sexual a dos colaboradoras

Georges Tron dimitió en mayo tras ser denunciado por las exempleadas

Antonio Jiménez Barca

El exsecretario de Estado (con rango de ministro) de la Función Pública francés y alcalde de Draveil (Essonne), Georges Tron, fue detenido ayer para ser interrogado en las dependencias de la Policía Judicial de Versalles, acusado de violación y agresiones sexuales a dos exempleadas municipales, a las que luego se sumó otra. En esas dependencias tenía previsto pasar la noche del lunes al martes. Las denuncias fueron interpuestas en mayo, poco después de que la policía neoyorquina detuviera en el aeropuerto de Nueva York al político socialista francés y director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. Según han relatado dos de las mujeres, el caso DSK les animó a revelar sus experiencias.

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Presionado por Sarkozy y el partido de ambos, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), de centro-derecha, en una Francia que asistía estupefacta a la carbonización instantánea de Strauss-Kahn, Tron dimitió el 29 de mayo de su cargo de secretario de Estado. Según explicó, lo hacía para defenderse mejor de unas acusaciones "infundadas". Tron es conocido en la Asamblea Nacional francesa por su amor a los masajes terapéuticos de pies. De hecho, sus compañeros diputados le conocen como el masajista chino. A juicio de las tres mujeres que le han denunciado, todo empezaba por ahí, por los masajes de pies, que pronto, según ellas, se convertían en otra cosa.

Eva Loubrieu es una de estas mujeres. Tiene 36 años y junto a Virginie Faux, de 32, relató hace algunas semanas su caso, ocurrido en 2007, a la revista Paris-Match. "Me llamaba a su despacho, me obligaba a sentarme enfrente de él y comenzaba a masajearme los pies. Después pasaba a acariciarme la pierna, el pecho, la espalda... Yo me dejaba hacer, petrificada. De hecho, él conocía tus debilidades, y te ponía en una situación en la que el no no es posible". A estas caricias, según explicó esta mujer, sucedieron tocamientos y penetraciones digitales, hecho que en Francia, si no es consentido, está considerado como violación. Virginia Faux sufrió, según su testimonio, un hostigamiento sexual idéntico. "Estaba completamente paralizada. No fue violento, (...) pensé que iba a morir de un ataque cardiaco, (...) no recuerdo ni siquiera haber cogido el coche luego. Me sentía despreciada, y me hundí. Me dije que había que apretar los dientes y continuar", relata.

Esta mujer contactó en 2010 con la Asociación Europea contra la Violencia Cometida a las Mujeres en el Trabajo, meses después de una tentativa de suicidio. Dos juristas de esa asociación la escucharon durante dos horas y media. "Su relato era completamente creíble", explica al semanario L'Express Laetitia Bernard, miembro de esta asociación.

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El entorno de Tron se ha cuidado de desacreditar a estas dos mujeres y de asegurar que todo obedece a venganzas personales debido a que las dos perdieron su trabajo en el Ayuntamiento de Draveil. A Faux la describen como una persona "en permanente estado de embriaguez", propensa a montar espectáculos obscenos en fiestas. De Loubrieu aseguran que fue despedida de su trabajo tras descubrirse que utilizó 700 euros de la caja municipal para comprarse muebles en Ikea en 2009. El abogado de Tron, Olivier Schenerb, aseguró ayer que el interrogatorio a su defendido "le permitirá tomar la palabra y devolver golpe por golpe".

Georges Tron, en noviembre de 2010 en París.
Georges Tron, en noviembre de 2010 en París.LIONEL BONAVENTURE (AFP)

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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