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El conflicto afgano

EE UU busca acelerar la salida de Afganistán

El espionaje estadounidense cree que la red de Al Qaeda en el país es muy débil - Washington reconoce que hay contactos con los talibanes para negociar la paz

Un pulso en la Casa Blanca sobre la conveniencia o no de acelerar la retirada de las tropas de Estados Unidos en Afganistán se prevé se resuelva esta semana con un anuncio del presidente Barack Obama, que tiene sobre la mesa un informe que asegura que el debilitamiento de las fuerzas de Al Qaeda en Afganistán permite avivar los planes de evacuación. El Pentágono de Robert Gates es partidario de mantener el plan previsto, que comenzará con el repliegue escalonado el próximo mes. Gates reconoce que Estados Unidos ha establecido contacto con los talibanes, lo que también podría contribuir a aligerar la presión de los islamistas afganos.

Gates manifestó ayer en la CNN que los ataques que se desarrollan desde hace un par años contra los refugios de Al Qaeda en Pakistán están ya produciendo el resultado buscado. "Han sido debilitados de manera significativa", declaró. Pero no entró en si eso permite dinamizar la retirada de sus 100.000 soldados.

Bin Laden estaba decepcionado porque ya no tenía jefes con coraje
En el último año y medio, 20 de los 30 líderes del grupo han sido eliminados
Gates calificó de "preliminares" las negociaciones con los insurgentes
En julio las fuerzas afganas asumirán la seguridad de siete provincias
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Otras fuentes han revelado a The New York Times que de 30 jefes de Al Qaeda identificados en la región fronteriza de Pakistán con Afganistán, 20 han sido abatidos en el último año y medio, incluido el líder supremo Osama bin Laden, muerto en una operación de comandos el pasado 2 de mayo. La documentación aprehendida en su refugio de Abbottabad muestra, según los analistas, que Al Qaeda esta desmoralizada por su falta de seguridad y que Bin Laden se lamentaba de no disponer de personal suficientemente aguerrido para ejecutar acciones sin temer por su vida.

Para Gates el descabezamiento de Al Qaeda conlleva la posibilidad de que los grupos afectos se hagan fuertes en sus respectivas áreas de influencia, con Yemen y el norte de África como zonas de más riesgo. Que Ayman al Zawahiri, el ideólogo de Al Qaeda, asuma la posición de Bin Laden como se anunció la pasada semana no despeja incógnitas. "La cuestión es si Al Zawahiri es capaz de mantener a estos grupos en una especie de movimiento o si se empiezan a dividir y se convierten en grupos terroristas regionales centrados en objetivos regionales", declaró el jefe del Pentágono, que dejará su puesto a finales de mes.

Las consecuencias para Afganistán de ese debilitamiento de Al Qaeda en Pakistán es lo que está evaluando la Casa Blanca, según señala The New York Times. Medios importantes de la Administración defienden la tesis de que con una Al Qaeda muy mermada es posible acelerar la retirada de tropas. La tesis oficial, mantenida hasta ahora por Gates y otros responsables militares de la campaña afgana, es que el repliegue se ha de realizar por sus pasos contados, empezando el próximo mes para llegar gradualmente hasta finales de 2014.

Lo reiteró Gates hace unos días en Bruselas, donde alertó del riesgo de una retirada en desbandada una vez se dé el disparo de salida. "No podemos permitirnos que algunos de los países que tienen tropas retiren sus fuerzas en atención a su propio calendario de una forma que socave la misión e incremente los peligros para los otros aliados", dijo. El camino a seguir en Afganistán es: "Juntos entramos, juntos salimos". El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, anunció recientemente que en julio las fuerzas de seguridad afganas asumirán la responsabilidad en siete provincias y distritos del país en los que vive el 25% de la población afgana y que el resto del repliegue aliado se hará conforme las condiciones lo permitan.

Aquella advertencia de Gates, entonces aparentemente dirigidas a aliados pocos fiables, adquiere nuevo relieve a la luz del pulso que se libra en torno al Despacho Oval. Obama no ha dado señales de cuál sea su intención. Lo único que ha trascendido es que el anuncio se hará pronto, quizá esta misma semana, para evitar la agonía de finales de 2009 sobre la pertinencia o no de potenciar con 30.000 nuevos soldados el despliegue americano en Afganistán.

Gates, que no ha entrado públicamente en ese debate, confirmó ayer que Washington, por medio de la diplomacia del Departamento de Estado, ha entablado contacto con los talibanes con vistas a tantear la salida pactada del conflicto mediante la reconciliación entre las facciones. "Yo diría que estos contactos son muy preliminares", manifestó en la CNN. Una de las cuestiones a resolver es la de estar seguro del interlocutor. "¿Quién representa a los talibanes?", se preguntó el secretario de Defensa. "No queremos entablar contacto con alguien que va por su cuenta". Aun así el proceso llevará tiempo. "Mi impresión es que unas auténticas negociaciones sobre la reconciliación no darán resultados hasta por lo menos el invierno", precisó.

Hillary Clinton, la secretaria de Estado, ha manifestado continuamente que los talibanes pueden ser readmitidos en la vida política afgana si renuncian a las armas, acatan la Constitución y respetan a las mujeres, una triada también aireada por el presidente Hamid Karzai. Fue Karzai quien dio cuenta de la existencia de "conversaciones de paz con los talibanes" en un discurso pronunciado en Kabul. "Militares extranjeros y especialmente de EE UU están participando en ellas".

Soldados canadienses embarcan en un helicóptero Chinook para abandonar la base de Zangabad, en la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán, el sábado.
Soldados canadienses embarcan en un helicóptero Chinook para abandonar la base de Zangabad, en la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán, el sábado.BAZ RATNER (REUTERS)

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